Está claro que las muertes por ahogamiento es un serio problema, y más en verano. Tal es así, que un total de 27 personas han fallecido ahogadas en Castilla y León en lo que va de año, según un informe del proyecto de investigación www.ahogamiento.com, promovido por la Escuela Segoviana de Socorrismo (ESS) y la Asociación Española de Técnicos en Socorrismo, en el que se advierte que en la nación son 406 las víctimas mortales, la peor cifra de los últimos 10 años, por encima de los 399 de 2017 y a punto de superar la cifra de fallecidos de todo el año 2023 (422).

Por provincias, Segovia se sitúa en cabeza con cinco fallecidos, seguida de Burgos, León y Valladolid, con cuatro. Con una víctima mortal figuran Zamora y Salamanca, mientras que en Ávila se contabilizan dos y tres en la provincia de Palencia. Por sexos, 19 de los 27 fallecidos son hombres (70,3 por ciento).

En la nación, el 70 por ciento de los incidentes se produjeron en playas o en el entorno marino, y un 16 por ciento en aguas interiores. Apenas un 6 por ciento lo fueron en piscinas, en su mayoría (4 por ciento) en las piscinas públicas.

El ahogamiento en España es un importante problema de salud pública. Y no es sólo porque cause un promedio de medio centenar de fallecimientos al año, sino porque se sigue produciendo una cifra de fallecidos de tamaña magnitud, a pesar de todos los esfuerzos de los operativos de Socorrismo.