Dos años han durado los bonos de Media Distancia y Cercanías de Renfe. Una medida que ha venido muy bien a los usuarios de Castilla y León para poder realizar sus trayectos, en especial a miles de trabajadores que cada día viajan hasta Madrid.

Sin embargo, según las palabras del ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, parece que tienen las horas contadas.

El exalcalde de Valladolid aboga por acabar con los abonos gratuitos una vez caduque la medida el próximo 31 de diciembre y apostar por otro tipo de incentivos para los usuarios recurrentes.

En su opinión, cuando se introdujo esta medida fue debido a la inflación con el objetivo de “aliviar la economía familiar”, sin embargo, ciega los ojos ante la gran evidencia, que dice que los descuentos en el transporte, en este caso del servicio de tren, sirven para fijar población y potenciar la economía.

Ahora habla de mantener bonos sociales y premiar a los usuarios que más utilicen el transporte público.

Este posible cambio de opinión de Puente ya está causando dudas entre los usuarios castellanos y leoneses que esperan que estas medidas vengan para seguir apostando por este medio de transporte que tienen claro que “sirve para crear riqueza en el territorio.”

Así, EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León se ha puesto en contacto con la Plataforma de Usuarios del AVE en Castilla y León que tienen muy clara su postura. “Ya lo dijimos en el 2018 y no nos creyeron o no quisieron, pero, el tiempo nos pone en su sitio, a todos.

"Explicamos y motivamos que, si el trasporte público no es asumible socialmente, no sé utiliza, a las pruebas me remito”, explica el presidente Carlos Perfecto.

El vallisoletano tiene claro que “el precio accesible asequible” es la línea de trabajo a seguir. “Ha dictaminado que esa es la línea para poder utilizar el transporte público y, a la administración (central y autonómica) les ha indicado que, un precio socialmente asumible crea riqueza en el territorio”, asegura.

Ante esta situación cree que “podemos y debemos mejorar su eficacia, pues es un servicio público pagado con los impuestos, y por tanto su si gestión debe ser exquisita, podemos hacerlo más confortable, evidentemente, debe ser lo más seguro”.

“Todo esto lo tenemos y debemos exigir, pero, si no hay un precio asumible por las economías de las familias, el tren no tendrá usuarios, aunque les ponga pincho, café y puro”, insiste.

Perfecto cree que el precio final de un billete debe tener sobre el coste fijo dos componentes. “Uno la utilización, el principal, más los kilómetros recorridos o, el factor de corrección que decidan”.

Uso del tren

Otra de la opción de Óscar Puente es la de apostar por los que más usan el tren. “Si sólo ponemos el uso, corremos el riesgo de no ayudar más al que peor condición tiene (por precio y/o distancia distancia), o que el que tiene un precio bastante menor en comparación con los demás recorridos, pague un precio excesivamente asequible a costa de los que más pagan y estos no recibir un % mayor de ayuda como factor corrector sobre un precio muy superior”, asegura.

Por otro lado, Puente habló de la posibilidad de una tarjeta descuento. “Esta herramienta la pusimos sobre la mesa en el año 2019 y.... prefiero no decir replicar lo que nos comentaron pero, de nuevo nos adelantamos, y nos alegramos por ello por qué será una auténtica revolución”.

Y es que los usuarios siguen marcado el camino a recorrer a la administración, pese a que ésta no lo vea, o no le interese.

Ante el posible cambio de dirección en las políticas de transporte por parte del Ministerio, la asociación manda un mensaje en forma de pregunta: “¿De verdad estamos decididos a cargarnos la única herramienta potente contra la despoblación, y que durante décadas se ha buscado y nadie había caído en ello?”