Enfermería se ha convertido en una profesión de alto riesgo en Castilla y León, teniendo en cuenta que el año pasado los profesionales sufrieron un total de 290 agresiones, según los datos manejados por el Consejo de Colegios de Enfermería de Castilla y León, extraídos del Observatorio Regional. 

El organismo ha destacado un "leve descenso" de agresiones con respecto a años anteriores, concretamente, de un 8,5%, pero ha expresado que las cifras siguen siendo "preocupantes". 

De hecho, los profesionales más afectados por este tipo de incidentes siguen siendo los de enfermería. 

Por su parte, las agresiones a personal médico han aumentado un 15%, siguiendo a los enfermeros en número de agresiones con un total de 276. 

Tras ellos los TCAE con 118 casos, el personal administrativo con 51 agresiones, los celadores con 24 y, por último, otros profesionales que han registrado un total de 16 agresiones. 

En total, la Gerencia Regional de Salud ha contabilizado en 2023 un total de 775 agresiones a trabajadores sanitarios. 

Atendiendo a las provincias, Valladolid es en la que más agresiones se han producido (195), seguida de Burgos (152), León (105), Salamanca (87) y Ávila (69). Tras ella se encuentran Zamora (48), Palencia (46), Segovia (44) y en última posición Soria con un total de 26. 

Enrique Ruiz Forner, presidente del Consejo de Colegios de Enfermería, ha destacado que "aunque es alentador observar una leve disminución en el número de agresiones, no podemos bajar la guardia".

"Cada incidente representa un ataque injustificado contra aquellos que dedican su vida a cuidar de la salud de los demás. Es fundamental que sigamos trabajando para prevenir y erradicar esta violencia de nuestros centros sanitarios", ha añadido. 

En cuanto a los enfermeros, ha destacado que "no somos responsables de los males del sistema, de las demoras en la atención, de la falta de recursos y de no poder atender sus expectativas".

"De hecho, en muchas ocasiones somos quienes también sufrimos todos esos problemas de nuestro sistema sanitario", ha apostillado. 

Por todo ello, desde el Consejo de Enfermería de Castilla y León insisten en la importancia "de no solo denunciar estos incidentes, sino también de formar a los profesionales para manejar situaciones conflictivas". 

También de tomar medidas "firmes y eficaces" para evitar que estos incidentes se repitan y también para "proteger la integridad física y emocional" de los profesionales de la salud en Castilla y León.