La televisión autonómica de Castilla y Léon, RTVCyL, atraviesa en estos momentos una compleja situación que viene de lejos. Concretamente, de 2012.
Desde entonces, los trabajadores luchan por mejorar sus condiciones y, aunque algo han conseguido, lo cierto es que no han logrado todos sus objetivos.
Pese a ello, sí han ido renovando el convenio hasta este año, que a causa de falta de consenso en la negociación del mismo, los problemas han vuelto a aflorar.
Tanto es así, que desde hace varias semanas los trabajadores están llevando a cabo paros que prometen continuar.
Aunque no es la primera vez que lo hacen, a principios de este mes de octubre los empleados decidieron dar un paso más en su lucha por "un convenio digno, tanto a nivel económico como social", para los trabajadores.
"La mayor parte de la plantilla queremos ese cambio y estamos de acuerdo en hacer lo que haga falta para seguir mejorando las circunstancias actuales. No nos vamos a rendir", han confesado representantes del comité de huelga a EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León.
Después de 10 meses de negociaciones para aprobar el nuevo convenio y dos reuniones en el Serla que no han dado ningún fruto, se han cansado "de la falta de acuerdo".
Y es que, según sostienen, esta situación ha generado un ambiente de "tristeza, rabia, impotencia, desolación y hartazgo" entre una inmensa mayoría de los empleados. Razón que explica que hayan decidido tomar cartas en el asunto.
En este sentido, han optado por expresar públicamente sus reivindicaciones, no solo dirigidas a la empresa, sino también a la Junta de Castilla y León, teniendo en cuenta que es esta quien financia "en más de un 95%" la televisión, este año, con una partida de 21,3 millones de euros.
Y lo están llevando a cabo a través de paros, protestas y jornadas de huelga, que se están desarrollando desde que a finales de septiembre los trabajadores votaron rechazar la última propuesta de la patronal y salir a la calle a reivindicar "una mejora de sus condiciones laborales".
Cabe destacar que el inicio de las negociaciones del nuevo convenio se vio marcado por la propuesta de una subida salarial del 1,5% por parte de la empresa. Una oferta que los trabajadores no dudaron en rechazar al considerarla "ridícula".
Entonces, los representantes de los trabajadores optaron por llevar a la empresa al Serla para poder plantear movilizaciones en caso de desacuerdo.
Allí, la patronal volvió a ofertar lo mismo y los empleados respondieron con el planteamiento del calendario de movilizaciones.
Así, ante esto, la empresa reaccionó y se presentó en una segunda reunión con esta última propuesta de convenio para tres años, que establecía un pago único de 500 euros lineales para 2024, 750 para 2025 y 850 para 2026, que se añadirían al salario base y se abonarían divididos entre las 14 pagas anuales.
Entonces, los sindicatos se comprometieron a llevar la propuesta a una asamblea para que así fuesen los trabajadores los que tomasen la decisión de aceptarla o no.
"La empresa estaba confiada en que los trabajadores iban a coger el dinero y cuál fue su sorpresa cuando vieron que votaron en contra del dinero y a favor de la huelga", han expresado.
Por ello, el pasado 3 de octubre celebraron una primera jornada de huelga, coincidiendo con un día especial para la televisión autonómica: el de la celebración de la gala anual de inicio de temporada de Televisión Castilla y León.
Esta comenzó con concentraciones en las puertas de los diferentes centros de trabajo de la Comunidad, continuó con protestas ante la sede de Presidencia de la Junta de Castilla y León, donde los delegados consiguieron exponer la situación al consejero de Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo; y finalizó en el Centro Cultural Miguel Delibes, donde tuvo lugar la gala.
Sin embargo, los trabajadores no consiguieron ninguna reacción por parte de la empresa, que, según han explicado, hasta la fecha no ha mediado palabra, no ha contactado con ningún representante de los trabajadores, ni tampoco ha realizado "movimiento de ningún tipo".
Por todo ello, acordaron una segunda jornada de paros el 18 de octubre, aprovechando que para ese mismo día estaba programada la gala inaugural de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci). Un evento que suele ser cubierto por la televisión autonómica.
En esta ocasión, los empleados se concentraron frente a sus centros de trabajo y tras ello llevaron la movilización a las puertas del Teatro Calderón de Valladolid, donde se celebró la gala inaugural, que fue cubierta por "compañeros de otras delegaciones que hicieron nuestro trabajo". "Hubo esquiloraje", han denunciado.
En cualquier caso, ambas jornadas tuvieron "un éxito total de participación", ocasionando graves perjuicios a la televisión.
Tanto es así, que, según han explicado representantes del comité de huelga, más del 90% de los trabajadores de los centros de Valladolid y en torno al 50% de la plantilla del resto de delegaciones de la Comunidad se sumaron a la causa.
Los empleados de Burgos, Zamora y Madrid no participaron en la huelga. Los dos primeros, por causas que a día de hoy se desconocen, y los segundos, "porque los sindicatos se equivocaron y convocaron la huelga solo en Castilla y León y para los trabajadores de RTVCyL, dejando fuera a los de Promecal y a los de Edigrup".
"En cualquier caso, los empleados de Madrid no tienen las mismas condiciones que los de Castilla y León", han afirmado los representantes.
Cabe recordar que RTVCyL es una empresa privada formada por dos subempresas, Promecal, del empresario burgalés Antonio Miguel Méndez Pozo; y Edigrup Media, del leonés José Luis Ulibarri.
En cuanto a la manera en la que estos paros han afectado a la empresa, los representantes del comité de huelga han explicado que en ambas jornadas se tuvo que hacer "una especie de compactado de noticias" para los informativos regionales, que también fueron emitidos sin presentadores.
Además, no hubo informativos locales y otros programas que implicaban directos tampoco se emitieron.
Sin embargo, han señalado que "nadie vio un negro en su pantalla porque previamente se solucionaron los problemas".
En este sentido, han explicado que conseguir un negro en emisión es algo "muy complicado hoy en día", dado que "los sistemas actuales son informáticos y estos te permiten hacer parrilla para todos los días que quieras". "Lo único que no se emitiría serían los programas en directo", han añadido.
Próximos pasos
Cuatro días después de esta segunda jornada de huelga, los trabajadores lamentan que "la empresa y la Junta sigan sin ponerse en contacto con nosotros".
Precisamente por este motivo, desde el comité de huelga han organizado esta misma semana 'los martes de café' y 'los jueves rojos'.
"El primero consiste en que todos los martes vamos a salir a la puerta a tomarnos un café y a hacernos una foto para mostrar una queja, y el segundo, en que los jueves todos vamos a llevar camisetas rojas en las que se pueden leer "por un convenio digno en Castilla y León", han explicado.
Por su parte, a aquellos a los que su trabajo les obliga a salir en pantalla, les animan a ponerse algo rojo.
"Vamos a hacer nuestras reivindicaciones hasta el siguiente día de huelga, porque vamos a seguir haciendo huelga y presionando a la empresa y a la Junta para que nos ofrezcan algo digno", han advertido.
Y es que, según han confirmado, ya están trabajando en una tercera huelga de la que aún no han establecido ni fecha, ni lugar. "Aún no está cerrada, pero estamos viendo cómo, cuándo y dónde", han confesado al respecto.
Ahora bien, mientras lo deciden, dado que los trabajadores están obligados a desempeñar su trabajo, les han instado a "cumplir el convenio a rajatabla y a que si salen eventos que estén fuera del horario habitual, que nadie se apunte voluntariamente".
Reivindicaciones
Según han confesado, lo que los trabajadores piden es un convenio colectivo "digno" que contemple una mejora salarial de "en torno al 30%", una clasificación personal acorde con las necesidades actuales y varias mejoras laborales a nivel social.
En este sentido, han denunciado que los grupos profesionales 4 y 5 "están muy cerca del salario mínimo interprofesional", así como que "la empresa paga al personal pluses inexistentes en el convenio para apagar fuegos provocados por problemas internos".
También han hecho alusión a la "desigualdad" entre centros de trabajo, dado que, según han apuntado, "hay gente que haciendo el mismo trabajo que otra cobra más".
"Cada sede es un Reino de Taifa diferente", han apuntado.
A nivel social, sostienen que desde que se creó el primer convenio "hace 15 años con el inicio de RTVCyL", los temas sociales "apenas han cambiado", a excepción de los obligatorios por ley.
Así, explican que han llegado a plantear un cambio de categorías al considerar que las actuales "están obsoletas" y que lo han hecho a través de una comisión que crearon específicamente para eso.
"Nosotros lo que queremos es que los empleados que hacen de todo perciban dinero por cada función que hacen, y ellos nos lo niegan", han afirmado.
En cuanto al resto, reconocen que sí han conseguido llegar a un acuerdo, aunque no ha quedado nada cerrado porque los compañeros no están conformes con lo que se ha redactado por parte del comité.
Asimismo, revelan que, en paralelo, crearon una comisión de cursos "para que la empresa empezase a impartir formaciones a todos los trabajadores".
A través de ella acordaron que estos empezarían a impartirse en marzo. "Pero tampoco lo han hecho, entonces la gente se tiene que seguir buscando la vida para estar al día", critican.
Y es que, según los representantes del comité de huelga, la empresa "no quiere hablar ni de cursos ni de categorías, solo de dinero".
Estos también han aclarado que los trabajadores reivindican "mejores jornadas para poder atender a sus familias", que la empresa sustituya adecuadamente las bajas y que contrate a más trabajadores. "Porque estamos bajo mínimos a nivel de personal".
En otro orden de cosas, los empleados también han exigido la renovación de equipos "para que la televisión que les mostremos a los castellanos y leoneses sea mucho mejor".
"Creemos que el modelo de televisión que se está utilizando no es el correcto. No está bien planteado, porque ninguna televisión tiene tan pocos medios y personal como la nuestra", han añadido.
En este sentido, también han aprovechado para referirse a la subvención anual que RTVCyL recibe de la Junta de Castilla y León.
Este año, esta se sitúa en los 21,3 millones de euros, lo que, según los representantes del comité de huelga, les convierte en "la televisión autonómica de España que menos cuesta a un gobierno regional". "Es penoso", sostienen.
Así, más allá de pedir más financiación a la Junta de Castilla y León y un contrato-programa que garantice financiación para cinco años, también se han referido al Gobierno regional para pedirle que exija a la empresa "que gestione mejor el dinero" y que destine parte de la ayuda a los sueldos de los trabajadores, dado que tiene gran responsabilidad sobre ella al aportar el 95% de su financiación.
Y es que estos se preguntan a dónde va a parar tal cantidad, a la que también se suma "el dinero que sale de eventos, ayuntamientos, diputaciones, etc."; teniendo en cuenta que sus sueldos "apenas aumentan".
Eso sí, han aclarado que ellos no quieren "dinero a mansalva, sino que lo controlen y que por lo menos paguen a los trabajadores un sueldo digno".
Denuncian llevar muchos años "en los que la empresa se supone que te va a dar, pero en realidad no te da". Una larga temporada en la que "siempre te venden la moto de que las cosas van a cambiar, pero con el paso de los años todo sigue igual porque nadie hace nada".
Por ello, ahora piden "un cambio sustancial" consistente en "una televisión digna para todos los ciudadanos de Castilla y León" y en que los trabajadores que hacen dicha televisión tengan "un salario y unas condiciones sociales en relación a su formación profesional y al trabajo que desempeñan".
Antecedentes
Tal y como han destacado los representantes del comité de huelga, la crítica situación de RTVCyL no es algo novedoso, sino que esta viene de lejos.
Sitúan su inicio en 2012, cuando, "por un problema del IVA de la subvención de la Junta, Hacienda vio que algo no estaba bien y reclamó dinero".
Entonces, confiesan, la Junta decidió reducir la partida de unos 25 a unos 17 millones de euros, provocando que la propuesta de subida de tablas que la empresa había presentado a los trabajadores "se congelara" hasta 2018.
Relatan que no es hasta ese año cuando consiguen las tablas del 2012, después de "parones, camisetas rojas, varias reuniones con los partidos políticos y hasta una huelga", y una vez que PP y PSOE acordaron incrementar la partida en un millón de euros, que debían ser destinados a salarios.
Si bien, critican que aun así los sueldos "siguieron siendo precarios". Por ello, a partir de ese año "seguimos intentando cambiar nuestras condiciones a base de reuniones con la patronal", aunque, según han confesado, sin llegar a conseguir grandes avances.
En cualquier caso, sí reconocen que hasta este 2024 se ha ido renovando el convenio anualmente, dado que, al parecer, la empresa no "quiere pillarse los dedos" con el dinero a pagar a los trabajadores, sin saber la financiación exacta que van a obtener en ejercicios posteriores.
Si bien, dado que este año aún no se ha logrado llegar a un acuerdo, los problemas han vuelto a aflorar al empezar a negociar un nuevo convenio colectivo que aún parece estar bastante lejos.