El Consejo de Colegios de Enfermería de Castilla y León ha advertido de que "no hay relevo generacional para cubrir las más de 3.600 plazas de profesionales y docentes que se van a jubilar en la próxima década".
Así lo ha afirmado el presidente del Consejo, Enrique Ruiz Forner, durante la presentación del informe sobre la situación profesional de la enfermería en Castilla y León.
Un estudio que recoge datos sobre ratios de enfermeros por habitantes, las necesidades futuras de enfermeros a nivel provincial y autonómico, así como datos de empleo, de traslados de profesionales al extranjero y otras regiones, de jubilaciones que se van a producir en los próximos años e incluso la evolución de la oferta académica para Enfermería en Castilla y León.
Desde el Consejo consideran que el relevo generacional en la profesión es uno de los principales desafíos a corto plazo por varios motivos. Y no solo en cuanto a profesionales que desempeñan su actividad en centros de salud, hospitales, residencias y empresas, sino también a aquellos que se han centrado en la docencia.
"En los próximos años muchos docentes también se van a jubilar y en este caso tampoco está asegurado que vayan a poder cubrirse todas las plazas vacantes. Se necesitan más profesores que formen a futuros profesionales", han expresado.
En primer lugar, señalan que, pese a que en el curso 2022-2023 se han registrado 953 matriculaciones en Enfermería en universidades públicas y privadas de Castilla y León, lo cierto es que "la demanda de formación triplica a la oferta".
En este sentido, han recalcado que la oferta de plazas en los centros públicos se ha mantenido, mientras que el mayor crecimiento en matrículas se ha producido en los centros privados. Sin embargo, no es suficiente.
Por otro lado, han hecho referencia los egresados de Enfermería en Castilla y León, afirmando que muchos de ellos, en concreto un 3,57% de los que se colegian en la Comunidad, terminan yéndose a trabajar a otras regiones e incluso países como Reino Unido, Francia, Noruega e Italia, fundamentalmente, porque allí ofrecen mejores condiciones laborales.
De hecho, han recalcado que Castilla y León es la segunda Comunidad, por detrás de las Islas Baleares, con más enfermeros egresados colegiados en la región que se marchan a otras provincias.
Y es que, aunque a Castilla y León también vienen enfermeros de otros países como Venezuela, Perú, Chile y Argentina, "estos no llegan a cubrir la cantidad de profesionales españoles que se van", ha expresado el presidente.
"Con la evolución que se prevé de la sociedad, el número de egresados va a ser insuficiente para brindar a la población de Castilla y León una sanidad segura y de calidad", ha añadido.
En esta línea, ha explicado que, pese a que en los últimos años los contratos de larga duración han aumentado en la Comunidad, "los temporales siguen siendo muy numerosos y no descienden en la misma proporción".
De hecho, "hay más contratos que profesionales", lo que quiere decir que cada profesional tiene "entre dos y tres contratos temporales en un año". Esto, según el Consejo, es lo que hace que decidan buscar una mayor estabilidad en otros lugares de España y el mundo.
Pero esto no es todo. Tal y como ha apuntado la secretaria general del Consejo Autonómico de Enfermería de Castilla y León, Isabel Galán Andrés, dado que la Comunidad es un territorio cada vez más envejecido, se precisan más enfermeros especializados en áreas como la enfermería crónica o la geriatría, entre otras.
Para ellos, "el futuro de la enfermería no solo pasa por formar más enfermeros, sino por formar profesionales altamente capacitados en áreas donde nuestra sociedad tiene mayores necesidades".
Reivindicaciones
Por todo ello, desde el Consejo reclaman a las administraciones pertinentes, entre ellas, la Consejería de Sanidad y la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación, la creación de más plazas para el grado de Enfermería en las diferentes universidades públicas de Castilla y León.
También retener talento mejorando condiciones laborales y fomentando la conciliación para evitar que los egresados se vayan a otras comunidades o países, e impulsar y fortalecer la formación en especialidades a través de la creación de incentivos.
Asimismo, la Enfermería de Castilla y León critica el hecho de que la Junta esté buscando "la paridad" entre médicos y enfermeras, ya que, a su parecer, "esta no debería ni existir en ciertos sitios porque esto no permite dar calidad asistencial". "Hay muchos pacientes que no son del médico, sino de los enfermeros", han espetado.
Mejor ratio
En cualquier caso, el Consejo de Colegios de Enfermería de Castilla y León ha destacado que la Comunidad ha logrado superar la media nacional en cuanto a la ratio de enfermeros por habitante, con 7,35 por cada 1.000. Un dato que en el conjunto de España se sitúa en 6,30.
Sin embargo, este está bastante por debajo de la media europea, la cual se halla en el 8,83. Y ese es el objetivo.
Si bien, para ello se necesitarían alrededor de 5.000 enfermeros más en Castilla y León. "En 2023 había 17.572 y deberíamos llegar a 22.000 para alcanzar la media de 8,83 enfermeros por cada 1.000 habitantes", han señalado.
Según los datos de las tres agencias consultadas, Ávila necesitaría entre 252 y 346 enfermeros más; Burgos entre 576 y 722; León entre 474 y 738; Palencia entre 179 y 272; Salamanca unos 300; Segovia entre 397 y 490; Soria entre 5 y 58; Valladolid entre 535 y 845; y Zamora entre 206 y 304.
Eso sí, tal y como ha destacado Ruiz Forner, "si no hay egresados y no hay muchas plazas libres, la ratio bajará todavía más".