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La mañana de lunes ha comenzado con un terremoto político en Castilla y León. Contra todo pronóstico, el líder de Vox, Juan García-Gallardo, abandona la política. Esto provoca un cisma en el partido, pero también en las Cortes.

Sin embargo, para el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, esta decisión "no influye en nada" ante un eventual adelanto de las elecciones en la comunidad. No dice nada más. Es decir, no se pronuncia sobre si podría o no haber un adelanta, simplemente que la marcha del burgalés no influye.

Lo que está claro es que el camino se le allana mucho para Mañueco que se queda sin rivales tras las crisis que están viviendo PSOE y Vox. Primero fue la renuncia a continuar de Luis Tudanca, aunque seguirá de momento como portavoz, y ahora la de García-Gallardo, el que fuera su compañero de bancada.

Mañueco en declaraciones realizadas en Madrid a los periodistas antes de participar en la Junta Directiva Nacional del PP deja claro que los "problemas" en otros partidos políticos "no afectan" a la sociedad de Castilla y León ni al Gobierno regional.

“A mí me gusta ser respetuoso con todas las fuerzas políticas, incluso cuando pasan por crisis tan graves como la salida del portavoz del PSOE o la salida del portavoz de Vox” para volver a insistir en que no influye en nada.

Pese a estar en minoría, Mañueco sigue afirmando que Castilla y León tiene un “gobierno estable” donde “creamos empleo, creamos oportunidades, fortalecemos los servicios públicos, en la sanidad, somos los mejores en educación, la protección a las personas, por lo tanto, tranquilidad”.

 

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