Apuesta de la Junta de Castilla y León por el sector agroalimentario de Ávila
El viceconsejero de Empleo, David Martín, ha manifestado el compromiso de la Junta con el sector agroalimentario de Ávila, que han presentado un informe con propuestas de futuro para su desarrollo.
"Tenemos que apoyarlos teniendo en cuenta el peso específico" que tienen, que son más de 3.000 empresas en Castilla y León, que aportan más del 25% del valor añadido bruto y generan más de 38.000 empleos", ha dicho a los periodistas.
"Es un sector que vertebra y cuida la provincia de Ávila como sector estratégico", ha resaltado Martín antes de la presentación del sector agroalimentario de Ávila, que aglutina al 20% de las empresas de la provincia, si bien apenas una decena de ellas supera los 50 trabajadores, según la presidenta de Avilagro, AvilAgro, Isabel López Resina.
El estudio arroja como "principal resultado su potencialidad estratégica para fijar población y vertebrar el territorio", debido a "su peso específico en el tejido empresarial de Ávila" y también por "la gran calidad de la producción local tanto a nivel primario como en la transformación industrial".
Según ha explicado, el sector agroalimentario supone casi el 20% de las empresas abulenses, con 2.196 establecimientos con autorización sanitaria como industria agroalimentaria sobre el total de 10.170 empresas, pero su pequeño tamaño lastra su crecimiento".
El estudio advierte que el sector agroalimentario presenta una "enorme atomización de las empresas agroalimentarias en Ávila", ya que "apenas una decena de ellas tiene 50 o más trabajadores", ya que el 97% de las empresas tiene menos de diez trabajadores frente al 79,7% de media en Castilla y León.
La atomización es "una oportunidad en términos de diversidad de la producción, especialización, calidad y producción artesana, que debemos poner en valor", y que además "permite que haya empresas diversificadas por todo el territorio siendo vertebradoras de la economía y fijando población", ha destacado la presidenta de Avilagro.
El estudio señala como fortalezas los sectores porcino y vacuno, los más asentados y destacados, y que otros sectores emergentes como vinos, aceite y quesos deben abrirse paso con un mismo foco común: ganar tamaño, profesionalización, competitividad y apertura a mercados exteriores.