El Certamen Toques de Pasión 'Ciudad de Ávila', el concierto que como apertura de la Semana abulense organiza tradicionalmente la Banda de Cornetas y Tambores Santísimo Cristo a la Columna El Amarrado de Ávila, regresó hoy a las calles de la ciudad después de dos años de ausencia.
Cerca de 450 músicos de seis bandas distintas y procedentes de tres comunidades autónomas, dieron el pistoletazo de salida al tiempo de Pasión abulense en una jornada de frío intenso, pero que congregó a numeroso público, tanto en el Mercado Grande, desde donde comenzó el pasacalles de las seis bandas, como en la plaza del Mercado Chico, donde tuvo lugar el concierto oficial.
Engalanada para la ocasión con los estandartes de las cofradías abulenses, la plaza del Ayuntamiento fue recibiendo a los componentes de las cinco bandas invitadas: la del Santísimo Cristo de la Misericordia y María Santísima de los Dolores de Ferrol, de La Coruña; la del Bendito Cristo de las Tres Caídas de Toro, de Zamora; la de la Virgen Morena de Ocaña, de Toledo; y las de Nuestra Señora de la Inmaculada de Nava del Rey y la de Pureza, ambas de Valladolid.
Después de un pasacalles en el que primaron los temas festivos (se pudo escuchar desde 'Resistiré' o 'Noches de bohemia' a 'Con un poco de azúcar'), llegó el momento de disfrutar del concierto, en el que cada banda interpretó tres marchas procesionales.
Empezando por los gallegos y terminando con los anfitriones, los músicos deleitaron al público con los temas que, desde esta misma semana, acompañarán a las procesiones en todos los rincones de España.
"Estamos muy contentos", dijo del certamen Tomás García, director de El Amarrado, que reconoció la "dificultad" de volver a poner en marcha el certamen no sólo por las dudas surgidas en los últimos meses sobre si podría o no organizar el encuentro, sino también por el hecho de que "las formaciones se han visto muy afectadas por la pandemia" en el número de componentes. "Y hay formaciones que no van a salir a la calle", dijo García, que hablaba de cómo les costó encontrar bandas que pudieran acudir a la cita abulense. "Pero al final ha salido un cartel majo", aseguraba satisfecho.
Un cartel en el que, como no podía ser de otra manera, destacó este domingo la banda anfitriona. Tanto por la calidad de su interpretación, como por el hecho de ser la primera cita al aire libre en la que lucían su nuevo uniforme. "Ha sido un cambio radical que ya teníamos pensado hacer la Semana Santa del primer año de la pandemia", reconoció el director de El Amarrado.
Levita corta y pantalón azul marino con detalles en negro, ningún otro adorno más allá de un ribete en el lateral del pantalón, y sin su famoso casco con penacho de plumas azules. Así lucieron ya este domingo los miembros de la famosa banda de tambores y cornetas, que han optado por dejar atrás la espectacularidad de sus uniformes, apostando la "sobriedad" del actual.
"Emprendemos una nueva etapa", señaló García, "en la que hemos querido quitar lo militar del uniforme y hacer uno más sinfónico, más de sala. Buscando, sobre todo, la comodidad del músico". Eso y, también, tratando de centrar toda la importancia de su mensaje en la música y buscando no desviar la atención de, por ejemplo, los pasos de Semana Santa.
Lo que sí hicieron este domingo y anunció García que seguirán haciendo unos años, es mantener el que ha sido su uniforme desde el año 2000 "en la escolta y en el banderín". La razón es sencilla. "Ha sido durante muchos años nuestra seña de identidad, y queremos que se siga viendo y relacionando con la banda, al menos durante unos años", explicó.