La Junta de Castilla y León informaba esta misma tarde de que el incendio de Cebreros, en Ávila, evolucionaba muy "desfavorablemente" y, por tanto, estaba "fuera de capacidad de extinción". Motivo que ha provocado que los bomberos forestales anuncien en estos momentos el desalojo del pueblo de El Hoyo de Pinares. Asimismo, han esclarecido que solo se puede salir por una carretera.
Un incendio que, posiblemente, se hayan producido por una posible negligencia por una colilla mal apagada.
Entre 2.000 y 3.000 vecinos de El Hoyo de Pinares (Ávila) tuvieron que salir hoy de sus casas prácticamente con lo puesto, debido a que este municipio tuvo que ser desalojado por el avance del incendio de Cebreros. La evacuación comenzó por la zona oeste por ser la más próxima a las llamas.
Sobre las 21 horas se tomó la decisión de desalojar El Hoyo de Pinares ante la proximidad de las llamas y el humo del incendio de Cebreros. A lo largo de la tarde, estuvo circulando esta posibilidad que se materializó a última hora.
De los desalojadas, el dispositivo habilitado en el polideportivo de Las Navas del Marqués estaba preparado para unas 300 o 400 personas, puesto que el resto tenía previsto desplazarse a domicilios de familiares, amigos en otros pueblos de la comarca, a la capital abulense o a Madrid. A las personas más delicadas de la residencia las trasladaron al centro de Las Navas del Marqués, y a las familias a la escuela o la guardería, donde también se habilitó zona para acoger a vecinos de El Hoyo.
La evacuación no fue sencilla, ya que el fuego obligó a cortar la carretera entre Cebreros y Navalperal de Pinares, lo que impedía a los vecinos de El Hoyo dirigirse al punto de evacuación por el camino más corto. La solución que se tomó fue la de sacar a los afectados por la carretera con dirección a Robledo de Chavela y desde allí por unos caminos forestales acceder hasta el pueblo navero, donde un operativo policial dirigía a la caravana de vehículos hacia la zona del polideportivo, al que después de las 22 horas accedían los primeros vecinos que ocupaban camas y sillas desplegadas.
Un operativo de Cruz Roja y de Protección Civil recibió a los vecinos atendiendo en primer lugar a los más necesitados para posteriormente registrar sus nombres y conocer así el número de personas aproximado que finalmente llegaban a este punto.
El desalojo comenzó aproximadamente a las 20.45 horas y fueron paulatinamente abandonando todos los vecinos sus residencias, algunos en sus vehículos particulares, otros ayudados por vecinos o en los autobuses que desde la Junta de Castilla León se facilitaron.
Alguno de los vecinos comentaron a la llegada al pabellón lo cerca que había estado el fuego del pueblo y el susto que aún tenían en el cuerpo. Otros apuntaban a los problemas a la hora de la evacuación, hasta que finalmente el operativo se pudo organizar, aunque muchos optaron por el vehículo particular para salir de sus casas, que dejaban entre el miedo y la esperanza de que mañana todo esto solo sea una pesadilla.
A las puertas del pabellón mientras esperaban la cola para entrar, sobre sus cabezas caía la ceniza de los árboles que rodean su pueblo. "Esto no nos lo podíamos imaginar de ninguna manera y se nos está partiendo el corazón", comentaba uno de los desalojados.
Pequeñas maletas, bolsas con ropa y hasta mascotas se podían ver entre quienes aguardaban a la entrada del pabellón de Las Navas, que apuntaban también que habían tenido que hacer la maleta rápidamente, coger los más esencial y salir corriendo.
Aunque en el rostro se reflejaba la preocupación y el desánimo por tener que haber abandonado su casa, la tranquilidad era la tónica dominante tanto a la hora de aguantar la cola para registrarse como a la de buscar un sitio en donde pasar una noche, que más de uno comentaba que será larga por "las condiciones que nos esperan, pero sobre todo por pensar en qué es lo que puede pasar en nuestro pueblo".