La muralla de Ávila es uno de los monumentos más icónicos de todo el país y está calificada como la mejor de España, tal y como reflejan las más de 5.000 opiniones del portal TripAdvisor. "Una auténtica joya patrimonial, artística e histórica", "la más espectacular", "murallas imponentes y bien conservadas", son algunas de las reflexiones de los ciudadanos tras visitar y recorrer los dos kilómetros y medio de esta impresionante muralla que rodea la ciudad de Ávila.
Desde la prehistoria, este lugar es uno de los antiguos asentamientos del ser humano en la península, aunque su auge vino en la época romana. Las opiniones de los expertos difieren de si los orígenes de este impresionante muro de piedra están en la época de la Hispania romana, pero, lo seguro es que en la Edad Media nació la muralla que hoy por hoy podemos ver en Ávila. En los tiempos medievales nacieron algunas de las leyendas que hoy en día pueden verse en escudos, esculturas y otros monumentos de la ciudad. Se trata de leyenda en tiempos de guerra la que rodea la figura de Jimena Blázquez.
La muralla defensiva tuvo un importante papel en la guerra contra los musulmanes, cuenta la leyenda que estas murallas inexpugnables podrían ser vencidas por un largo asedio o por un descuido de sus protectores. Así trataron de engañarles el bando enemigo, haciendo a los hombres partir hacia Puerto de Menga mientras ellos atacaban la ciudad. Las mujeres viendo el ataque, se hicieron pasar por caballeros capitaneados por Jimena, obligando a la retirada musulmana. Desde entonces, las mujeres contaron con el derecho a participar en las reuniones del Ayuntamiento, y en su honor, se erige una estatua dedicada a Jimena Blázquez, una mujer de bandera.
La edad Media fue también tiempos de guerra, en la que los reinos de Castilla y de León batallaban por el poder, dejando a las murallas abulenses con un papel protagonista en la defensa de la ciudad. Pero en la guerra también hubo bellas historias de amor al más puro estilo de Romeo y Julieta, de Calisto y Melibea. Tras las batallas de caballeros, trágicos romances se ocultan intramuros de las magníficas murallas.
Una de estas, cuanta la leyenda, es la de Alvar Dávila que se enamoró perdidamente de Doña Guiomar, una doncella cuyo padre ya a había decidido que ingresara en un convento y dedicara su vida a Dios. Sin embargo, Dávila no dudo en luchar por ese amor correspondido entre jóvenes y pidió su mano en matrimonio, el padre de la doncella lo echó y le aseguró con que jamás volverían a verse. Fue así como le dijo el amante dolorido: "Doña Guiomar y yo seguiremos amándonos, y aún más, viéndonos: ¡mal que os pese!"
Desde entonces ella se asomaba a la ventana de su alcoba y él construyó un castillo extramuros desde donde ver la ventana de su amada, y así en la lejanía se anhelaron hasta la muerte de la doncella. Al poco, algunos creen que, de la pena, Dávila partió en batalla y nunca regresó al castillo, conocido ya como Mal que os pese.
Sin embargo, los musulmanes terminaron por invadir la ciudad abulense. La comunidad mudéjar dejó su propia huella en los lienzos norte y oeste, que pueden apreciarse con decoraciones en frisos rojos de ladrillo.
Pasadas las amenazas que motivaron la construcción de dicha muralla, la Edad Moderna supuso la remodelación del estilo medieval, se eliminaron algunas de las medidas defensivas y se reparó lo que había quedado destruido. Durante ese periodo se irguieron algunos importantes edificios colindantes a la muralla, se abrieron nuevas puertas y datan de esa época monumentos como la Casa de la Alhóndiga, la Capilla de San Segundo y otros tantos.
Estas inexpugnables murallas, hogar de leyendas y cuentos medievales, fue declarado Monumento Nacional en 1884. Un siglo después se declararía en 1985 la ciudad de Ávila como Patrimonio Cultural Mundial por la Unesco.
Su trazado puede ser visitado entre las 10 y las 20 horas, siendo uno de los lugares protagonistas del turismo abulense. Por solo 5 euros, varias opiniones aseguran que ver el atardecer en lo alto de las murallas es uno de los planazos de unas vacaciones en Ávila, y su recorrido medio (2,5 kilómetros) es ideal para pasear y contemplar la ciudad y sus alrededores en lo alto, con un aura medieval que inspiran las batallas con arcos y flechas desde lo alto de los torreones y muros.
Además, las opiniones ofrecidas en TripAdvisor aseguran que se trata de un imprescindible en toda visita a Ávila, con un estado de conservación exquisito: todo un espectáculo para los sentidos.