En mitad del Parque Regional de la Sierra de Gredos (Ávila) nos topamos con esta joya que impresiona a todo el que acude. Fue inaugurado en 1928 por el rey Alfonso XIII y es el primer establecimiento de la red de Paradores de España, que está compuesta por 98 hoy en día. Un espacio que creó el comienzo de una tradición hotelera enriquecedora.
El Parador de Gredos -ubicado en Navarredonda de Gredos, a menos de dos horas de Madrid- tiene dos peculiaridades muy concretas: la primera es que es el más antiguo del país y la segunda es que fue el lugar en el que se reunieron los padres de la Constitución mientras elaboraban la Carta Magna en 1978. Estos fueron: Cisneros, Manuel Fraga Iribarne, Miguel Herrero de Miñón, Gregorio Peces Barba, José Pedro Pérez Llorca, Miguel Roca i Junyent y Jordi Solé Tura.
El edificio fue construido en piedra granítica y se integra con el paisaje montañoso que lo rodea. Cuenta con un diseño que mezcla la estética rústica con la elegancia clásica y ha mantenido su esencia con el paso de los años. el tejado es de pizarra y la fachada principal se construyó mediante las ruinas de la casa señorial de la zona.
Este emblemático lugar contiene varios salones con chimenea, una ermita y una sala de juegos infantil. Pero, sin ninguna duda, lo que más llama la atención son las inigualables vistas a la Sierra de Gredos desde todas las terrazas. Una sensación única que no deja indiferente a nadie, sobre todo en pleno invierno cuando la estampa se tiñe de blanco. Las habitaciones combinan el diseño y los servicios modernos con una perfecta armonía entre el confort moderno y encanto rústico. Hay comodidad y elegancia en el diseño del mobiliario que hace recordar a épocas anteriores.
Este parador es mágico. Ya no solo por toda la historia que guarda, sino por el lugar en el que se encuentra ubicado. Los amantes de la naturaleza no pueden dejar escapar la ocasión de visitarlo, al menos una vez en la vida. En él se pueden hacer actividades de senderismo, ciclismo de montaña, escalada, avistamiento de aves o montar a caballo. Los senderos te van guiando por bosques de pinos, ríos cristalinos o prados alpinos. Algunos de los más destacados son la senda de Laguna Grande o la senda del Pinar de Navarredonda. Lo mejor de todo son los miradores que hay con unas vistas panorámicas espectaculares del parque. Si haces la visita en estas fechas, donde aún queda algún día de calor, puedes sumergirte en las pozas naturales de agua cristalina que hay.
Asimismo, muy cerca del parador, se encuentran pueblos preciosos como Navarredonda de Gredos y Hoyos del Espino. En ellos, los visitantes pueden sumergirse en la cultura local y la historia de la región. Asimismo, los amantes de la historia pueden disfrutar de lugares especiales como el Monasterio de Yuste y la ciudad amurallada de Ávila, ambas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Por supuesto, también existen unos servicios adicionales como el alquiler de bicicletas o excursiones. Asimismo, existen unos salones que están destinados a la celebración de reuniones o eventos. De este modo, se puede organizar un evento, celebración o, incluso, una boda.
La comida que ofrecen es la tradicional de la sierra. Contundencia y sencillez son las señas de identidad que presentan, pero sin olvidar el recetario castellano tan amplio que hay. Las judías del Barco y el chuletón de Ávila son dos de los platos estrella.
Es el lugar idóneo para desconectar y descansar tras una ajetreada semana. Un espacio que ofrece relax a la par que experiencias únicas. La diversión está garantizada gracias al extenso repertorio de actividades con el que cuentan. Y, además, la buena comida es una de las características de la zona. Un espacio que lo tiene todo y no dejará de sorprender.