La joven Lorena de Rafael Cintas, de 28 años y desparecida desde el pasado 26 de octubre tras escaparse de un centro psiquiátrico de Arévalo, ha sido localizada este martes en Aveiro (Portugal).

Tras más de cuatro meses sin tener noticias de ella y ante los indicios de que podría haber huido al país vecino, la policía de Aveiro ha logrado encontrar a la joven en buen estado de salud.

La Guardia Civil puso en marcha las correspondientes actuaciones de búsqueda el pasado 26 de octubre cuando se tuvo conocimiento de que se fugó del centro Mentalia Salud Domus IV, en el que estaba ingresada por orden judicial, aprovechando un permiso concedido para ir de paseo.

Fue entonces cuando se solicitó cooperación internacional a través de la Sección de Homicidios y Desaparecidos de la Unidad Técnica de Policía Judicial de la Guardia Civil, a la vez que se tramitaron las gestiones oportunas con las autoridades policiales portuguesas hasta dar con su paradero.

Sus familiares y el Instituto Valenciano de Servicios Sociales, que tiene en la actualidad la custodia, han sido ya informados de todas las actuaciones.

Lorena de Rafael ha sido localizada en Aveiro (Portugal)

Su madre alertó de la “impresionante” capacidad de manipular

Días después de su desaparición, Inés, la madre de Lorena, alertó en un programa de televisión de que “está muy enferma, tiene varios trastornos. Tiene muy poca empatía y una capacidad de manipular que es impresionante. Ha manipulado a muchos médicos”, aseguraba.

Según explicó, lleva 12 años padeciendo la enfermedad de Munchausen, que provoca una simulación de distintas enfermedades y síntomas sin ninguna razón.

Además, no se trata de la primera vez que se fuga de un hospital, tal y como relató la propia madre. En Madrid ha tenido hasta 200 ingresos hospitalarios y afirma que "se ha llegado a autolesionar". La madre, preocupada, relata que las víctimas "podemos ser cualquiera" y que ha llegado, incluso, a extorsionar con un bebé "diciéndole a un hombre que era suyo para que le diera dinero".

El futuro que le espera a su hija, lamenta, es "estar ingresada en un sitio a salvo y que esté cuidada". Y, al parecer, "arreglo no tiene". Inés, por su parte, asegura que sigue de pie porque "hay gente que me necesita".