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Las escapadas de fin de semana se han convertido en uno de los planes favoritos de muchos castellanos y leoneses. Poder dormir en un lugar único, rodeado de naturaleza, con unas impresionantes vistas y mucha paz es lo que, habitualmente, se tiende a buscar. 

Si a ese cóctel de sensaciones se le suma la magia de la fantasía, lo convierte en un lugar que consigue sorprender y enamorar a los turistas.

Precisamente, es lo que ocurre en una bonita zona de la Sierra de Gredos, donde un abulense llamado Óscar Muñoz junto con Iryna Zhelvanava, su pareja, han creado un espacio de confort y disfrute que no deja indiferente a nadie.

Él es de Ávila y se fue a estudiar a Madrid, sitio en el que conoció a su mujer. En 2011 comenzaron con esta idea que nació por la perfecta combinación entre el gusto de él por la arquitectura y de ella por el mundo fantástico. 

"Siempre he querido tener una casa enterrada y aquí nos hemos visto", afirma en declaraciones a EL ESPAÑOL- Noticias de Castilla y León. Se llama 'Comarca de Veratton' y está en Villanueva de la Vera, un municipio limítrofe entre Ávila y Cáceres.

Las espectaculares vistas a la Sierra de Gredos

Una tarea que les ha llevado muchos años porque han estado un gran tiempo "buscando parcelas, encontrando el sitio idóneo para el proyecto, la financiación y diseñando los planos y mobiliario"

De hecho, una de las curiosidades es que comenzaron a restaurar muebles sin tener la parcela. "Es complicado construir porque es una zona protegida. Los permisos nos llevaron unos tres años y casi cinco fue la búsqueda de la parcela", añade.

Desde 2011, que comenzaron su sueño, no pudieron hacerlo realidad hasta 2023. Lo más rápido fue la construcción de esta pequeña en la que solo invirtieron un año y seis meses porque lo tenían "todo claro". 

En este sorprendente lugar todo está pensado y encaja a la perfección. Es como si todas las piezas del puzzle -por destino o suerte- se hubieran juntado. El constructor es austriaco y muy fan de la magia de J.R.R. Tolkien. Eso logró que todo fuese rodado.

La idea original partía de las construcciones bioclimáticas noruegas. Y unificando esas casas con cubiertas vegetales junto con el mundo fantástico del Señor de los Anillos dio lugar a este precioso espacio. 

El interior de una de las casas

"Le dimos un sentido diferente porque queríamos diferenciarnos. Hicimos una especie de agujero hobbit. Buscábamos un sitio sin mucha contaminación visual. Es un bosque en el que te puedes olvidar del mundo", apostilla.

Y es que dormir en plena Sierra de Gredos es todo un lujo para los castellanos y leoneses y para todos los españoles. Levantarte de una de estas casas y contemplar el paisaje es como adentrarte en un mundo irreal.

Una zona que, además, cuenta con el certificado 'Starlight', siendo la segunda zona de España con mejor calidad del cielo. Lo que hace que sea "un lugar espectacular" para observar las estrellas.

Una de las casitas en una noche estrellada

También es posible ver aves, recolectar setas -que ahora es la temporada-, hacer barranquismo, pesca y muchas actividades culturales. Por ejemplo, Muñoz anima a visitar el Monasterio de Yuste o viajar hasta Candeleda.

Tan solo hay 20 minutos hasta este pueblo abulense que tiene tanto que ofrecer a los visitantes y que es uno de los destinos favoritos de miles de personas. "En esta zona las vistas son tremendas y la gastronomía es inigualable", afirma.

Por ello, asegura que quienes van solo un fin de semana "se quedan expectantes de volver" porque hay "muchas cosas". En este sentido, el matrimonio tenía claro que querían "no solo un alojamiento de experiencia sino un sitio al que todo el mundo desee volver".

Estructura de las casitas

Hay tres cabañas llamadas La Costurera, El Druida y La Casa Del Carpintero. Su entrada ya es icónica, con una puerta de madera, aunque lo más sorprendente es que están enterradas y con techos de hierba.

Además, cuentan con todas las comodidades posibles. Cocina completamente equipada, jacuzzi climatizado en el jardín, salón y un amplio baño.

Hay dos, de 55 metros cuadrados, que están pensadas para una ocupación de cuatro personas máximo y, una más grande de 96 metros cuadrados, que tiene dos habitaciones y pueden disfrutar seis personas allí.

"Hay gente que reserva el complejo entero para reunirse con la familia en fechas especiales", asegura. Los detalles está claro que no faltan porque, aunque no tengan servicio de desayuno, siempre dejan una pequeña bandeja con detalles de bienvenida.