La campaña de excavación en el yacimiento de Prado Vargas, situado en Merindad de Sotoscueva (Burgos), ha concluido con el hallazgo de más de 3.000 restos de la época neandertal, según han señalado los impulsores de los trabajos a través de un comunicado recogido por Europa Press.
La campaña, la más rica en hallazgos desde que se iniciaran las excavaciones en este enclave en 2016, se inició el pasado 1 de agosto y en ella ha participado un equipo compuesto por diez investigadores y estudiantes de la Universidad de Burgos (UBU), el Museo de la Evolución Humana (MEH), el Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana (Cenieh) y la Universidad de Sevilla.
Los trabajos se han centrado en el nivel cuatro de este yacimiento de hace 46.000 años, sobre una superficie de unos 80 metros cuadrados en la que se han recuperado más de 3.000 restos de la época neandertal.
Entre ellos, figuran huesos y dientes pertenecientes a ciervos, caballos, rebecos, corzos, osos, bisontes, leones y jabalíes, todos ellos muy fragmentados, destacando la presencia de huesos largos como húmeros, metatarsos y tibias, los cuales presentan numerosas marcas de corte.
Esta fragmentación y selección anatómica indica que los grupos neandertales transportaron al interior de la cavidad las extremidades de los animales que cazaron para aprovechar su carne y fracturar las cañas de los huesos largos para poder obtener y consumir su médula.
Una de las singularidades de este yacimiento es que los neandertales que ocuparon esta cavidad seleccionan alguno de estos fragmentos para utilizarlos como retocadores, de los que se ha recuperado una docena esta campaña, unos instrumentos de hueso que servían para golpear las lascas de piedra con el objetivo de modificar sus filos y configurar diferentes tipos de herramientas.
Junto a los fósiles de animales también se ha descubierto más de un millar de herramientas de piedra entre las que destacan varias raederas, denticulados y perforadores.