El alcalde de Burgos, Daniel de la Rosa, admitió que se sintió "en cierto modo incómodo" durante el acto de toma de posesión del nuevo arzobispo de Burgos, Mario Iceta, por el exceso de aforo, que reunió el sábado 5 de diciembre a 250 personas en la Catedral de Burgos.
A preguntas de los medios acerca de si considera "incongruente" que se celebrase este acto con más de 200 personas en el templo burgalés, mientras la hostelería permanece cerrada, De la Rosa señaló que cree que el aforo autorizado por la Junta de Castilla y León fue "excesivo" y que hubo un "exceso de flexibilidad" por parte de la Administración regional.
Asimismo, afirmó que durante el acto se lo comentó tanto al delegado territorial de la Junta, Roberto Saiz, como al consejero de la Presidencia, Ángel Ibáñez, que asistieron al evento. Añadió también que como alcalde debe acudir a todos los actos institucionales en representación del Ayuntamiento, sobre todo si se produce un relevo al frente de las instituciones, y en su caso hubiese asistido aunque el aforo hubiese sido de 15 o 20 personas.