Biotecnología marina para proteger mares y océanos
N.M.J / ICAL
Con apenas cuatro años de vida, la empresa burgalesa Ficosterra, dedicada a la biotecnología marina, trabajará durante los próximos meses en un proyecto del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP), con el fin de conservar y proteger los mares y océanos ante el abuso de fertilizantes de origen mineral, que contaminan estos entornos naturales.
Ficosterra, filial de la también burgalesa Hispanagar S.A. se convierte así en la única empresa española seleccionada para este proyecto, que busca cumplir el Objetivo 14 de Desarrollo Sostenible (ODS). Junto a la fábrica burgalesa, han sido seleccionadas otras nueve empresas de todo el mundo.
Tal y como expone el director general de Ficosterra, Luis Lombana, la oportunidad surgió cuando UNDP presentó a principios de 2020 una convocatoria abierta a las empresas, con el objetivo de que cada una presentase un proyecto que permitiese cumplir el decimocuarto Objetivo de Desarrollo Sostenible, y de esta forma neutralizar o minimizar el impacto de contaminantes en los océanos.
“Hay un problema cada vez mayor de contaminación de los océanos por parte de los químicos. Se aplican en la tierra y acaban en los océanos, generando bastantes problemas”, señala Lombana, haciendo referencia a los productos fertilizante que se utilizan en los cultivos agrícolas. Ficosterra, dedicada a la fabricación de bioestimulantes y biofertilizantes, decidió presentar su candidatura, señalando que gracias a sus productos se puede “reducir el uso de fertilizantes minerales y químicos en el campo”, una medida que permitirá reducir la contaminación en el mar.
De esta forma, el reto de la empresa burgalesa se abordará en centros de investigación de la Universidad Hassan II de Marruecos y en el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada, Baja California (CICESE), de México, y buscará demostrar que el uso de los bioestimulantes ficosagro (complejo microbiano con extractos de algas) y cystium-k (extracto puro del alga Macrocystis Pyrifera), reduce “sensiblemente” el uso de fertilizantes de origen mineral, con la consiguiente reducción de la carga de nitrógeno y fósforo que se filtra hacia los mares. Además, afirman que estos productos son capaces de aumentar la productividad de las cosechas entre un 6 y un 15 por ciento (dependiendo del tipo de cultivo).
“No lo vemos, pero en el mar se están depositando todos los días cantidades ingentes procedentes de todo el mundo de nitrógeno y de fósforo, que va haciendo que se elimine en algunas zonas el oxígeno en el mar. Se trata de aminorar este impacto con los bioestimulantes de algas”, explica la directora de comunicación y relaciones institucionales de la empresa, Arancha de la Mata, que anunció que están coordinando el traslado del material a Marruecos para poder empezar los ensayos.
Estos estarán dirigidos por un equipo multidisciplinar de ingenieros agrónomos y biólogos, así como de los centros de investigación marroquí y mexicano. Para ello, se realizarán distintos cultivos-utilizando el brócoli-, en dos escenarios: laboratorio y campo.
En el caso de este último, De la Mata señala que medirán la capacidad que tiene el cultivo para “crecer, tener mayor producción y estar más sano”. Un escenario que se ha elegido pensando en el agricultor. “Queremos que vea cómo se comporta el cultivo con unas condiciones atmosféricas similares a las suyas, en una situación lo más parecida a la que vive el agricultor día a día en su campo. Disponen de 18 meses de trabajo para ejecutar los ensayos y trasladar finalmente las conclusiones a la organización, por lo que el seguimiento del proyecto será diario por parte de los equipos.
Cuidado medioambiental
En relación a la posible respuesta de los agricultores ante la llegada de un nuevo producto ecológico, desde Ficosterra señalan que será un trabajo complicado, puesto que hay muchos agricultores que no están convencidos y no desean cambiar un producto que llevan utilizando tanto tiempo. “Se necesitan campañas de todo tipo que vengan desde las instituciones”, señala Arancha, y recuerda que toda la normativa europea camina en esta línea, por lo que cada vez “Se cierra más el grifo al empleo de aeroquímicos tradicionales”, abriéndose el mercado a productos más respetuosos con el medio ambiente, como sucede con los productos de esta planta burgalesa.
Al hilo de esto, recuerdan que no solo Naciones Unidas está implicada a través de los ODS en llevar a cabo un cambio en el cuidado medioambiental del planeta, sino que los países y grandes instituciones también se han puesto manos a la obra. “Se trata de que todos podamos hacer algo desde nuestras posibilidades. Se está demostrando que lo ecológico es un producto fiable y económico”, defienden. Por ello, esperan con ganas e ilusión iniciar este proyecto, que puede ayudar no solo a cuidar nuestros mares y océanos, sino también dar a conocer más esta empresa burgalesa.