Después de la hospitalización por inhalación de humo y sobreesfuerzo de los tres bomberos del parque de Aranda de Duero (Burgos), que participaron el viernes 21 en la extinción de un incendio junto al río, la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) urge y exige, al Ayuntamiento de Aranda, “la inmediata negociación del convenio de retenes que finalizó el 31 de diciembre de 2020, para que el Servicio de Extinción de Incendios pueda cubrir las necesidades”.
CSIF denuncia el "desinterés y la pasiva actitud de los responsables del Ayuntamiento, que en todo el año 2020 no han sido capaces de negociar y renovar un nuevo convenio de retenes, “a pesar de avisarlo con un año de antelación". "Lamentablemente, el convenio ha caducado, y llevamos los cinco meses de 2021 sin acuerdo y sin personal suficiente para atender el Servicio de Extinción de Incendios”, exponen.
“Lo veníamos avisando, hasta que al final ha ocurrido”, lamenta CSIF. Como no hay servicio de retén, no se pudieron incorporar bomberos para apoyar a los cuatro que participaron en la extinción del fuego del viernes, en las inmediaciones del puente Conchuela, en el río Duero. Las llamas se extendieron y la extinción se alargó más de tres horas, con momentos de mucha tensión y riesgo para los cuatro profesionales”, explica el sindicato independiente.
El convenio de retenes hubiera permitido la llegada “de, al menos, tres bomberos más, o los que hubiesen sido necesarios, ya que este acuerdo -ya caducado- es un compromiso de total disponibilidad, en caso de necesidad”.
Los servicios mínimos del parque de bomberos de Aranda son cinco efectivos: el responsable de comunicaciones, un conductor, un mando y dos bomberos de intervención. “Una dotación insuficiente para actuar ante un siniestro de cierta dimensión”, avisa CSIF, que recuerda que, en servicios de ciudades más grandes, como Burgos o Valladolid, los efectivos disponibles en una actuación son muchos más, “hasta catorce”.
CSIF muestra, además, su malestar porque “hasta el día de ayer sábado”, ni el concejal delegado de Seguridad Ciudadana ni la alcaldesa de Aranda -que es la responsable de Personal-, se habían interesado personalmente por la salud de los bomberos ingresados en el hospital, donde permanecieron unas tres horas y a los que se les tuvo que proporcionar oxígeno, por el humo inhalado y por el cuadro de cansancio y estrés que mostraban.
“El Ayuntamiento ha abandonado a su suerte al servicio de bomberos, pero también a los vecinos de Aranda y la comarca, que están desprotegidos”, insiste CSIF. Mientras los bomberos estaban en el hospital, el parque municipal recibió otra llamada del 112 para intervenir en un incendio de pelusas de hojas de chopos en las inmediaciones del hospital, “al que no pudo acudir por la falta de efectivos municipales, algo esperpéntico. El incendio tuvo que ser atendido, con una hora de demora, por los voluntarios de extinción de incendios de Roa de Duero”.
“¿Qué tiene que pasar para que el Ayuntamiento cambie de actitud, asuma su responsabilidad y negocie y firme el convenio de retenes? ¿Tiene que producirse alguna desgracia en Aranda y su comarca?”, recalca la organización sindical.
De una plantilla de 32 trabajadores en el parque de Aranda, ahora solo están operativos 27, ya que hay dos bajas de larga duración y tres vacantes por jubilación que no se cubren.
“Esperemos que este grave incidente, que afortunadamente ha terminado en un susto, haga reaccionar a los responsables del Ayuntamiento para que nos sentemos a negociar el necesario convenio de retenes, un acuerdo que en Aranda se viene utilizando desde hace más de 20 años, y que también se utiliza en los parques de bomberos de ciudades similares a la de Aranda, concluye CSIF.