Un varón de 31 años de edad fue detenido a finales del pasado mes de diciembre, tras la investigación que se inició en relación a las denuncias por robo con fuerza presentadas en la Comisaría Provincial de Burgos por parte de las propietarias de dos establecimientos de hostelería, ubicados en el barrio de Capiscol, en la capital burgalesa.
Según indicaron fuentes policiales, la dueña de uno de los bares denunció el primero de los robos a finales del mes de noviembre y el segundo pocos días después. En ambas ocasiones, el autor había usado el mismo ‘modus operandi’, se había introducido en el local forzando una de las ventanas, llevándose el dinero de la caja registradora y máquinas recreativas.
Durante la investigación de los dos primeros hechos se denunció otro robo en un establecimiento del mismo barrio. La manera en la que se había llevado a cabo y las circunstancias que concurrían en el mismo hizo pensar a los agentes que se podría tratar del mismo autor.
El claro objetivo los robos era obtener dinero en efectivo de forma rápida, para lo cual tanto las cajas registradoras como las máquinas tragaperras fueron golpeadas a la altura de las cerraduras con objetos contundentes, apoderándose rápidamente el autor de más de 3.700 euros en total.
Una vez se finalizaron las gestiones policiales y se reunieron las pruebas que apuntaban al posible autor de los robos con fuerza, los policías localizaron y procedieron a la detención de un varón de 31 años, al que ya le constaban antecedentes policiales por delitos contra el patrimonio. Dos meses antes había sido detenido como presunto autor de otro delito de robo con fuerza ocurrido también en Burgos.
Durante las diligencias practicadas y concretamente en la declaración que prestó en dependencias policiales, el detenido reconoció haber sido el autor de los robos, aduciendo su adicción a sustancias estupefacientes como el motivo que le llevo a cometer los delitos para obtener dinero de manera rápida.