La Guardia Civil ha investigado a un varón de 43 años de edad como presunto autor de un delito contra la Seguridad Vial por conducir un vehículo a motor careciendo de la Autorización para conducir al haber perdido todos los puntos asignados a su Permiso de Conducción; adicionalmente ha sido denunciado por arrojar resultado positivo en cocaína en el test de drogas practicado.
Los hechos ocurrieron en carretera CL-632 a su paso por La Bureba, con motivo de un punto de verificación de alcoholemia y drogas, establecido preventivamente en orden a la seguridad vial de nuestras carreteras.
Un vehículo que se aproximaba al control fue parado por personal de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil del Subsector de Burgos; si bien la prueba de alcoholemia llevada a cabo bajo el aire espirado fue negativa, por el contrario el test de drogas facilitó un resultado positivo en cocaína.
Además, las gestiones llevadas a cabo verificaron que el conductor había perdido la vigencia de su Permiso de Conducción al haberle sido retirados la totalidad de puntos asignados al mismo, circunstancia que permanecía en vigor desde el último mes de abril; se comprobó que aún no había realizado el Curso de Sensibilización y Reeducación Vial necesario para recuperarlos.
Se recogió entonces una muestra con la saliva del conductor para su análisis; bajo el debido protocolo de custodia fue enviado al laboratorio correspondiente, que ahora ha confirmado la existencia en el organismo del conductor de la sustancia prohibida.
Las diligencias instruidas han sido entregadas en el Juzgado de Instrucción de Briviesca en tanto que el boletín de denuncia confeccionado por la conducción bajo consumo de estupefacientes ha sido tramitado en la Jefatura Provincial de Tráfico de Burgos.
La ingesta de bebidas alcohólicas así como la de drogas y sustancias tóxicas influye en el conductor de un vehículo con la disminución de la capacidad sensorial, de reflejos y de atención en la conducción, desvirtuando la percepción de la realidad, determinando una conducción inapropiada y creando un concreto peligro para la vida propia y del resto de los usuarios de la vía, aumentando exponencialmente la posibilidad de sufrir un siniestro vial.
Estas conductas al volante podrían conllevar administrativamente hasta 1.000 euros de sanción y penalmente podrían ser castigadas con la pena de prisión de tres a seis meses o con la de multa de seis a doce meses o con la de trabajos en beneficio de la comunidad de treinta y uno a noventa días, y, en cualquier caso, con la de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta cuatro años.