“La vida te pone una oportunidad y no hay que cerrarse puertas a nada”. Así define la burgalesa Marta Delgado la decisión que tomó hace tres meses, y que le llevó a dejar atrás su vida en la capital para trasladarse a Padilla de Abajo, donde ahora regenta, con ayuda de su pareja, el bar del pueblo, que alquila por diez euros al mes.
Con el fin de evitar el cierre de este lugar de reunión, el Ayuntamiento lanzó una oferta por la cual alquilaba el bar del pueblo por solo 10 euros al año, corriendo ellos con todos los gastos, y evitando así perder el “centro social” del municipio. Poco antes de la pandemia, la persona que llevaba el bar se jubiló, y aunque intentaron mantenerlo abierto a través de una asociación y con la ayuda de un par de vecinos, la llegada del COVID-19 dificultó esta acción.
Finalmente, desde el Consistorio se decidió ofertar el bar con una serie de condiciones “ventajosas” como era un alquiler de diez euros al año, mientras el ayuntamiento corría con todos los gastos como la electricidad, el agua o la calefacción.
Un alquiler que el alcalde de Padilla de Abajo Ignacio Grajal, asegura que para ellos era “simbólico”, dado que su objetivo era conseguir que el bar permaneciese abierto “a toda costa”. La oferta tuvo una gran repercusión en redes sociales, con una treintena de personas interesadas, sin embargo fueron cuatro las ofertas definitivas, entre ellas la de Marta Delgado, que según recuerda el alcalde, elevó la oferta a diez euros al mes. “Desde el Ayuntamiento consideramos el bar como un servicio más. Por eso hemos corrido con todos los gastos y dado las facilidades para que hubiese alguien que lo llevada”, apunta en un reportaje de la agencia Ical.
"El último cartucho"
Delgado, por su parte, afirma que cuando vio esta oferta en Facebook decidió apuntarse. “Fue el último cartucho que me quedaba”, señala. Toda su vida ha sido dependienta de perfumería, sin embargo llevaba ya un tiempo en el paro, y sabía que solo tenía “dos opciones: coger esto o quedarse en Burgos sin trabajo”. “He echado currículums hasta el infinito y siempre se te cierran puertas. Creo que tenemos mucha vida por delante y hay que luchar por seguir. Yo tenía que comer y mantener a mis hijos y una hipoteca. Me surgió la oportunidad a 50 kilómetros de mi casa y la he cogido”, subraya.
Marta se define como una mujer “muy luchadora y echada para adelante”, y eso la ayudó a la hora de tomar la decisión. Además, conocía la zona, puesto que su padre tenía una casa en un pueblo a diez kilómetros de Padilla de Abajo. El pueblo le proporcionó una vivienda y estos meses ha ido haciéndose al pueblo y sus gentes. “Es cambiar la rutina de la ciudad por la vida del pueblo, un giro de tuerca, pero hay que seguir viviendo”, apunta.
En este sentido agradece mucho el apoyo que le ha brindado el pueblo y sus gentes, a los que califica de “excelentes”. Delgado explica que sus clientes son los “fijos” del pueblo, gente “encantadora que lo dan todo por venir aquí a jugar a las cartas y estar reunidos”. En esta línea destaca el ambiente que allí se respira, “humilde, humano y con un trato cercano”. Agradece así la forma en que la han acogido desde que llegó y reconoce que poco a poco va conociendo a todos los vecinos, e incluso, tras correrse la voz, habitantes de pueblos cercanos se han querido acercar para ver el bar y conocer su historia.
"Lugar de encuentro"
La burgalesa considera que el bar es un lugar de encuentro “esencial” para un pueblo pequeño, porque permite a sus habitantes reunirse, pasar la tarde y socializar, y afirma que el valor que no encontró en la ciudad con su experiencia personal como dependienta, lo ha encontrado en este pequeño pueblo burgalés y sus gentes.
“En mi zona se dice que un pueblo sin bar está muerto” ,coincide el alcalde, que recuerda que hay “tres factores que influyen para que el medio rural se despueble: trabajo, servicios y valoración positiva de la vida en el medio rural”. Para ellos el bar era un “servicio más”, por lo que entendían que esta iniciativa que llevaron a cabo contribuía a una mayor socialización entre los vecinos. Asimismo asegura que Delgado lo ha planteado de una forma “más comarcal”, con el fin de que puedan ir allí personas de pueblos aledaños al suyo, y lograr así que haya “un poco de movimiento en el pueblo”.