La Guardia Civil ha detenido a S.G.B. (53) como presunto autor de un delito de tráfico de drogas, lo que ha permitido desmantelar un punto de venta de estupefacientes en la comarca de Las Merindades.
La Guardia Civil tenía indicios suficientes para sospechar que en un antiguo taller de mecánica, ahora sin aparente actividad, se desarrollaban actividades ilícitas relacionadas con el tráfico de sustancias prohibidas, de venta al por menor, por lo que fue vigilado discretamente.
Durante las últimas semanas se descartó que en el local se llevaran a cabo labores de reparación y tampoco de mantenimiento de ningún vehículo; a simple vista presentaba además un aparente estado de abandono por la gran acumulación de piezas, material de desecho y residuos amontonados en el suelo. Sin embargo, sí llamó la atención de los agentes que el taller permaneciera abierto hasta la madrugada, con un inusual trasiego de personas que entraban y salían a los pocos minutos.
Se programó una inspección al establecimiento y en el momento de acceder al mismo fue sorprendido el responsable dentro, que reaccionó escondiendo una bolsa de plástico en el interior de un cajón de la mesa de la oficina, por lo que en su presencia fue registrado el taller.
Se aprehendieron 11 gramos de una sustancia blanquecina que resultó cocaína y que era el contenido de la bolsa que instantes antes había guardado el propietario. También se encontró un bote que contenía 851 gramos de un polvo que está siendo analizado y que pudiera tratarse de alguna sustancia utilizada para ‘cortar’ la droga, 138 gramos de marihuana y 116 de otra sustancia herbácea similar.
Se localizaron varias pastillas de fármacos, envoltorios de plástico para confeccionar los ‘pollos’ de las dosis para facilitar su venta, una báscula de precisión y una máquina de envasado al vacío ambas con restos de cannabis, molinillos para triturar.
La inspección se completó con la localización de 350 euros en billetes, un cuaderno con anotaciones, un machete de grandes dimensiones, cuatro navajas, una pistola de impulsos eléctricos ‘táser’ prohibida y numerosas piezas de carabinas de aire comprimido (cañones, culatas).
Se han levantado actas denuncia a la Ley 21/202 de Industria por peligro de incendio al entrar directamente en contacto el agua de lluvia con una línea eléctrica trifásica y la maquinaria eléctrica del interior; y también a la Ley 7/2002 de Residuos y Suelos Contaminados, por la cantidad de residuos sin control acumulados y amontonados en el interior del taller y carecer de la autorización para la gestión adecuada de los mismos.
Las diligencias instruidas han sido presentadas en los Juzgados de Villarcayo.