Los científicos del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (Cenieh), Ana Mateos y Jesús Rodríguez, publican en la revista ‘American Journal of Biological Anthropology’ un estudio de energética experimental que demuestra que los niños y adolescentes pueden caminar a un ritmo cercano a las velocidades óptimas de los adultos, sin apenas costes energéticos en su locomoción y sin desviarse de su velocidad óptima. Estos resultados sugieren que los individuos de esas edades no representan una carga para la movilidad de los grupos cazadores-recolectores, según indicaron fuentes del Cenieh a la agencia Ical.
“La velocidad a la que un individuo es capaz de caminar con el mínimo coste energético es un aspecto importante del comportamiento locomotor de los humanos, que tienden a elegir la velocidad próxima a su óptimo fisiológico, es decir, la que les permite recorrer una distancia reduciendo al máximo la energía empleada”, señalaron.
Además, sostienen que eligen distintas velocidades cuando caminan solos y cuando lo hacen acompañados o en un grupo. En el caso de adultos de ambos sexos que caminan juntos, los hombres ajustan su velocidad a la de las mujeres, alejándose de su óptimo energético y comprometiendo su eficiencia, en lo que se conoce como el dilema energético en los grupos mixtos de caminantes.
En cuanto a los niños y adolescentes, indicaron que lo razonable sería pensar que pueden suponer una carga para la movilidad del grupo forzando a los adultos a escoger una velocidad menor a su óptima, mucho más costosa energéticamente. Para testar esta hipótesis, se planteó un estudio experimental con 74 niños y adolescentes de ambos sexos, de entre 7 y 14 años, cuyas pruebas de locomoción se realizaron en el Laboratorio de BioEnergía y Análisis del Movimiento (LabBioEM) del Cenieh.
El estudio ha medido las velocidades óptimas de niños y adolescentes, demostrando que la velocidad óptima y el gasto energético al caminar son similares en ambos sexos. Sin embargo, los niños mayores gastan más energía al caminar a su velocidad óptima que los niños más pequeños, a consecuencia de su mayor tamaño corporal.
Grupos de cazadores-recolectores
Estos resultados pueden interpretarse en términos evolutivos y extrapolarse a los homininos del Pleistoceno. “Si pensamos en un estilo de vida cazador-recolector, en el que niños y adolescentes participan y colaboran en las actividades de búsqueda y obtención de alimentos, estos individuos no representarían una carga real para el resto del grupo, ni en términos de energía ni en eficiencia locomotora, pues son capaces de alcanzar velocidades óptimas al caminar similares a los adultos”, señaló Ana Mateos.
En las diferentes estrategias de movilidad de los grupos de cazadores-recolectores se forman grupos mixtos de hombres y mujeres y de subadultos junto a adultos. “A pesar de que, en muchas sociedades, las mujeres tienden a formar grupos junto a mujeres o de mujeres con niños, todos los individuos de un mismo grupo realizan tareas conjuntamente y caminan juntos sin que ninguno represente una carga energética importante para el resto de los integrantes, con excepción de aquellos con movilidad limitada, como los bebés y los ancianos”, explicó Jesús Rodríguez.