Agentes de la Policía Nacional han detenido a un hombre de 31 años como presunto autor de estafa. El presunto implicado utilizó durante días una tarjeta de crédito que previamente habría sustraído a su dueño para extraer dinero en cajeros automáticos y adquirir distintos productos.

Al parecer, el perjudicado era cliente habitual del establecimiento donde trabajaba el hombre detenido, circunstancia que este habría aprovechado para apoderarse de la tarjeta sin que el anciano se percatara hasta días más tarde.

El perjudicado, un hombre de 84 años, vivía solo y, al parecer, no acostumbraba a pagar en efectivo sus compras diarias, aunque se tratara de pequeñas cantidades. Los investigadores creen que esa costumbre y la edad avanzada de la víctima, quien acudía habitualmente al establecimiento en el que trabajaba el ahora detenido, propiciaron que este pudiera incluso averiguar el número PIN, que utilizó una vez sustrajo la tarjeta, para extraer dinero de la cuenta en distintos cajeros automáticos.



Fue a principios de diciembre del pasado año cuando la víctima echó en falta su tarjeta, por lo que presentó denuncia y lo comentó con familiares cercanos que le ayudaron en las gestiones con la entidad bancaria, comprobando que en apenas seis días desde que la había usado por última vez figuraban en su cuenta doce cargos entre compras y extracciones en cajeros por más de 8.200 euros.

Los agentes llevaron a cabo una minuciosa investigación para lograr averiguar la identidad del presunto autor, puesto que tras haber practicado las primeras gestiones todo apuntaba a la autoría de un hombre, quien en imágenes obtenidas de entidades bancarias aparecía siempre con la misma indumentaria. El hombrre vestía con prendas oscuras, gorro cubriendo la cabeza, mascarilla y gafas, lo cual dificultaba enormemente su identificación.

Además, el ahora detenido,residente en Burgos, también realizó compras y extracciones en cajeros en otras ciudades. Todo ello, se habían llevado a cabo en cajeros y establecimientos de Burgos y provincia, Palencia, Valladolid y Madrid, con la intención de confundir a los investigadores.

Finalmente, tras un análisis de las imágenes obtenidas en entidades bancarias y establecimientos comerciales, así como otros datos y elementos significativos en la investigación, se identificó y detuvo al presunto autor.

Tras solicitar la autorización a la Autoridad Judicial, se llevó a cabo un registro en su domicilio localizando e interviniendo las prendas de ropa que vestía al realizar las compras y extracciones en cajeros, junto a un cordón de oro que adquirió en una joyería de Madrid, así como dinero en efectivo.