La Archidiócesis de Burgos cuenta desde hoy con dos nuevos sacerdotes. Stefano Malerba y José Ángel Zamorano han recibido el segundo grado del sacramento del orden en una eucaristía presidida por el arzobispo, Mario Iceta, quien ha pedido a los nuevos presbíteros manifestar la misericordia de Dios en la nueva misión que comienzan a vivir. En concreto, les animó a es estar en medio del pueblo “con olor a oveja para trasladarles el olor de Cristo”, según informa Ical.
Los nuevos sacerdotes celebrarán mañana domingo sus primeras misas de acción de gracias. Stefano lo hará a las 12,30 horas en la parroquia de San Martín de Mecerreyes, donde ha ejercido su diaconado. José Ángel, por su parte, hará lo propio, a las 13 horas en San José Obrero de la capital, su parroquia.
En su homilía, Iceta trasladó varios mensajes a los nuevos sacerdotes como que tienen que salir y enterarse de lo que realmente ocurre al mundo para llevarles su salvación y su misericordia, para ser “personas cántaro que saciemos su sed de felicidad”. En este sentido, reconoció que le gustaba acudir de “camuflaje” a bares y oficinas para escuchar, conocer y palpar las dificultades de los burgaleses. “Tenemos que conocer el cuerpo llagado de Cristo. La gran batalla cristiana no es el mundo más o menos favorable, sino que la batalla está en el interior de cada persona, en la voluntad, en aceptar la voluntad de Dios. Y la de Cristo es entregarse en la cruz por nosotros”, aseguró.
De ahí que el arzobispo de Burgos pidiera a los nuevos presbíteros una “profunda espiritualidad de desierto” para afrontar las dificultades que encontrarán en el ejercicio de su ministerio. “La tarea es ardua y recogemos poco y podemos desilusionarnos. Es entonces cuando podrás volver al cenáculo y escuchar cómo Jesús te dice como a santo Tomás: ‘no seas incrédulo que soy yo, estoy en medio de vosotros y vuelvo a daros mi paz’”, añadió.
La ceremonia, que se ha desarrollado en la Catedral ante la presencia de numerosos sacerdotes y amigos y familiares de los ordenandos (pertenecientes a los seminarios de San José y Redemptoris Mater), ha contado con momentos clave, como la imposición de manos sobre las cabezas de los nuevos sacerdotes, el canto de las letanías postrados en el suelo o la unción de las manos con el santo crisma, la vestición con la casulla o la entrega del cáliz y la patena para la celebración de la eucaristía.
Misioneros
Al finalizar la eucaristía, el arzobispo ha enviado al sacerdote Henry Osvaldo a ejercer su ministerio como misionero a Chile en nombre de la Iglesia burgalesa, como harán en el futuro los sacerdotes que se han formado en el seminario Redemptoris Mater. Además, ha hecho entrega al obispo electo de Tarazona, Vicente Rebollo, de una cruz pectoral, regalo de la Archidiócesis de Burgos.