La Junta de Castilla y León ha comenzado el reparto de pacas de alfalfa en las zonas afectadas por el incendio ocasionado el pasado 24 de julio y que devoró en torno a 2.500 hectáreas del Parque Natural Sabinares del Arlanza-La Yecla, uno de los pulmones verdes de la provincia de Burgos, en los términos municipales de Santo Domingo de Silos (unas 1.300 ha), Santibáñez del Val (unas 600 ha), y Quintanilla del Coco (unas 500 ha).
En los más de dos tercios de superficie afectada por el incendio habitan especies cinegéticas que entraman cotos de caza que aportan ingresos económicos directos a los Ayuntamientos, e indirectos a los establecimientos hosteleros de la comarca. Aunque existen especies cinegéticas que se han visto menos afectadas, como el jabalí, debido a su mayor movilidad, otras como el corzo o la liebre, han sufrido más los estragos del fuego debido a sus hábitos más sedentarios y territoriales.
La normativa sobre caza de Castilla y León establece que, tras un incendio, el aprovechamiento cinegético queda suspendido durante cinco años en las zonas afectadas, aunque transcurrido un año puede estudiarse el levantamiento total o parcial de la suspensión en función del grado de recuperación de las poblaciones cinegéticas, así como de los ecosistemas que les sirven de refugio y zonas de alimentación. Desde la Junta de Castilla y León se están llevando a cabo medidas activas encaminadas a ayudar a estos procesos de reconstrucción de la zona afectada por el incendio forestal.
Como medida de apoyo a las especies animales afectadas, los agentes del Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León han comenzado las labores de reparto de pacas de alfalfa en las zonas afectadas por el incendio forestal de Quintanilla del Coco. El objetivo es acelerar la vuelta de estas especies a sus dominios, y que se complementará con otras medidas que están llevando a cabo los gestores de los cotos de caza.