Las puertas de la Catedral de Burgos, el proyecto más amargo de Antonio López

La Catedral de Burgos celebró el pasado julio de 2021 su octavo centenario, un aniversario no exento de polémica tras anunciar la Archidiócesis, un año antes, una novedad importante. La construcción de unas puertas de bronce por valor de casi un millón de euros encargadas al artista manchego Antonio López, lejos de ser un motivo de celebración, ha dividido a los burgaleses entre los partidarios de la modernización y un sector que se opone a la reforma por el alto coste y considerarlas ''un atropello'' al estilo gótico que presenta el monumento.

Así, uno de las construcciones más emblemáticos de España se encuentra ante una controversia sin precedentes. Lo que en un inicio parecía una idea para modernizar la Catedral de Burgos, divide en la actualidad a muchos burgaleses reacios ante la construcción de las puertas por su alto importe y un estilo que no concuerda con el estilo del santuario. "El deseo del Cabildo es que permanezca en el tiempo tras celebrarse el octavo centenario", ha indicado a este medio Félix Castro, deán de la catedral.

Y es que un grupo contrario a esta medida liderado por el pintor burgalés Juan Vallejo ha emergido con fuerza. Desde la plataforma digital 'change.org' acumulan más de 70.000 firmas para evitar que la construcción, todavía en proceso y sin fecha de finalización, se lleve a cabo. "Las puertas se están realizando. No se dará ningún paso sin que la Junta de Castilla y León e Icomos den la orden", ha subrayado el deán que espera el mandato tanto de la Junta como del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, institución encargada de asesorar a la Unesco sobre los patrimonios culturales de los países.

Esta fuerte reacción compromete seriamente la inauguración de las tres puertas de la fachada de Santa María que está compuesta por las imágenes de la Virgen María, Dios y el Niño Jesús. Según Castro "cumple perfectamente la labor de abrir y cerrar" y supone "un beneficio para toda la ciudad". No obstante, al margen de la estética, supone un coste cercano al millón de euros al que se tienen que sumar 200.000 euros para la fabricación de unas cancelas que permitan el aislamiento del frío, necesarias en una de las ciudades de Castilla y León que registra la mayoría de temperaturas mínimas durante el invierno.

Con todo, la única catedral de España declarada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, ha tenido que reinventarse para lograr la financiación que permita acometer las nuevas puertas. "Había una persona que iba a hacer una gran aportación. Debido a la pandemia, que hizo estragos, se recurrió al micromecenazgo. Desde la Catedral de Burgos agradecemos a todos los mecenas que creen en el proyecto". Sin embargo, Félix Pérez no descarta que las puertas no se cambien. "Siempre hemos querido evitar todo tipo de polémicas, solo queremos que sirva para unir a los burgaleses. De la forma que se ponen, también se pueden quitar". Por último, el deán aboga por la modernización del monumento: "No nos cerramos al arte moderno, sirve como enriquecimiento".