En el Valle de Mirandilla, cerca del municipio burgalés de Santo Domingo de Silos, se encuentra uno de los enclaves cinematográficos más curiosos de Castilla y León. Nada menos que el director pionero del spaghetti western, Sergio Leone, escogió esta ubicación, en la que instaló el decorado conocido como Cementerio de Sad Hill, para rodar, en 1966, la última escena de la película 'El bueno, el feo y el malo', protagonizada por el polifacético y mítico actor Clint Eastwood.
La película concluía la icónica 'Trilogía del Dólar', iniciada por la obra 'Por un puñado de dólares' (1964) y seguida por 'La muerte tenía un precio' (1965), ambas rodadas en España, fundamentalmente en el Desierto de Tabernas, en Almería –escenario habitual de los spaghetti western– y en varios enclaves de la Comunidad de Madrid. Pero las necesidades de rodaje para la escena final de 'El bueno, el feo y el malo', que requería un río y un puente, hicieron que Leone se fijase en la comarca burgalesa del Arlanza.
Un escenario privilegiado
Existió una figura fundamental a la hora de convencer al afamado director italiano de que se decidiese por esta ubicación: el ayudante de producción José Antonio Pérez Giner. Leone era consciente de que el Desierto de Tabernas, donde se había rodado gran parte de la película, no era apto para una escena que requería de un río, algo inexistente en el enclave almeriense. Pérez Giner se decidió a mostrarle la comarca del Arlanza y el director quedó prendado de su paisaje, decidiendo rodar la escena en este enclave burgalés.
Para rodar la escena, esta comarca burgalesa se trasladó en el tiempo y en el espacio al Lejano Oeste. El Monasterio de San Pedro de Arlanza se transformó en la Misión San Antonio y en los alrededores del pueblo de Carazo se alzó el fuerte unionista de Betterville. Por otro lado, el río Arlanza se convirtió en el Río Grande y en el Valle de Mirandilla, a pocos kilómetros de Santo Domingo de Silos, se elevó el Cementerio de Sad Hill, en el que se rodaría la mítica escena final de la película.
En esa última escena de 'El bueno, el feo y el malo', Clint Eastwood (que hacía de 'El bueno'), y los actores Eli Wallach ('El feo') y Lee Van Cleef ('El malo') se encuentran en el cementerio, en el que se encontraban enterrados soldados de la Guerra de Secesión norteamericana, y se baten en duelo disputándose un botín que se encontraba enterrado en una de las tumbas.
Se trata de una escena que duró un total de 20 minutos, en los que los tres protagonistas recorren casi cada metro del Cementerio de Sad Hill –que fue construído por miembros del Ejército Español y por vecinos de la zona, que también participaron como figurantes– y que ha terminado llevando a esta comarca burgalesa a lo más alto de la historia del cine. Una escena que estuvo acompañada musicalmente por el intenso tema 'La fiebre del oro', del mítico compositor Ennio Morricone.
Abandono y recuperación
Tras finalizar el rodaje, el Cementerio de Sad Hill fue abandonado y quedó en el olvido, lo que provocó un auténtico deterioro del emplazamiento. La hierba fue cubriendo por completo todas las tumbas y las cruces se fueron deteriorando y pudriendo por el agua, quedando la mítica visita de Clint Eastwood y Sergio Leone como un viejo recuerdo de los más mayores de la comarca.
Tuvieron que pasar cinco décadas para que, en el 50 aniversario del rodaje, en el año 2016, la Asociación Cultural Sad Hill, fundada en 2014, se volcase en la recuperación de este espacio, esforzándose por quitar la hierba y la maleza que cubría el decorado y sacándolo de nuevo a la luz, recuperando 5.000 tumbas del mítico cementerio.
Las jornadas de celebración del 50 aniversario del rodaje se celebraron en los municipios que conforman el Valle de Arlanza, en concreto los de Contreras, Covarrubias, Santo Domingo de Silos, Carazo, Hortigüela y Salas de los Infantes. Logró una gran acogida entre los vecinos y los asistentes, entre los que se encontraban escritores, críticos, investigadores, periodistas y aficionados al cine de Sergio Leone para compartir con los vecinos su curiosidad por el enclave.
Además, la Asociación comenzó a impulsar conciertos, exposiciones, talleres y otros eventos para dar a conocer el lugar a los visitantes y atraer turismo a la zona. A través de iniciativas como dar la posibilidad a personas anónimas de apadrinar tumbas, por un precio de 15 euros, que luego llevan su nombre, y de completas visitas guiadas repletas de anécdotas y curiosidades, la Asociación Cultural Sad Hill ha logrado ir recuperando uno de los enclaves cinematográficos más icónicos de Castilla y León.