Tal y como han dado a conocer fuentes de la Guardia Civil de Burgos, en la comarca Odra-Pisuerga un hombre de 38 años ha sido investigado como presunto autor de un delito relativo a la Fauna y la Flora, por cazar en un coto privado de caza y sin autorización. 

Después de que los arrendatarios del terreno dieran el aviso, informando que habían sido testigos de un lance de caza en el que se abatía un corzo en su propio terreno, una patrulla se desplazó al lugar de los hechos, donde, a su llegada, consiguieron verificar que la documentación del cazador y la del arma que portaba estaban en vigor.

Además, el hombre en cuestión estaba autorizado para el rececho del corzo, pero en un acotado distinto al que se encontraba, por lo que le fueron intervenidos el arma, el precinto y la pieza abatida.

Cabe destacar que, desde el pasado mes de marzo, la Guardia Civil de Burgos ha estado llevando a cabo un seguimiento, en toda la provincia, dirigido a la erradicación del furtivismo, a la verificación de la documentación y al control de los cazadores durante el ejercicio de la caza. 

De este modo, se han intensificado las acciones preventivas y de seguimiento para detectar prácticas de caza irregulares y furtivismo, así como perseguir determinadas actividades ilegales que causan un grave perjuicio económico al medio rural, a los ayuntamientos, a las juntas vecinales, a los propietarios de los cotos de caza y también a los cazadores. 

Y es que, gracias, precisamente, a estos controles, además de a la colaboración ciudadana, la Comandancia de Burgos también ha logrado intervenir dos cabezas de ejemplares macho de corzo recién abatidos que, aunque es cierto que portaban un precinto, estaban colocados de manera incorrecta, puesto que su reutilización era posible. Además, uno de ellos no tenía cumplimentada la fecha de su caza.

Junto a estas, se intervinieron también las armas de caza y el propio 'trofeo' para su remisión. 

Objetos de caza intervenidos por la Guardia Civil en Burgos Guardia Civil

Por otro lado, otra patrulla detectó la circulación de dos vehículos que accedieron de noche y sin luces a un acotado por un camino. Uno de ellos fue interceptado y en su interior se localizó un rifle de caza fuera de los supuestos permitidos que, por este motivo, sumado a que el propietario no supo dar respuestas coherentes del por qué se encontraba en dicho lugar, también fue intervenido. 

Además, la Guardia Civil ha levantado otras tres actas de denuncia que han permitido la intervención de tres visores térmicos, cuyo uso está totalmente prohibido durante el ejercicio de la caza. 

En este sentido, la Guardia Civil recuerda que, además de portar la documentación particular, la del arma, el seguro, el propio precinto y las autorizaciones del titular del terreno donde se va a cazar, es obligatorio precintar, de manera correcta, la pieza abatida.

Insisten también en que el precinto que legaliza la caza del corzo, determina el terreno cinegético donde ha sido abatido y autoriza su lícito traslado y transporte, debe colocarse en la cuerna del cérvido una vez muerto y siempre antes de moverlo, pues así lo dicta la Ley de Caza de Castilla y León sobre el precintado de piezas de caza.