Corría el año 2000 cuando el Sitio Arqueológico de Atapuerca fue declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO por ser uno de los grandes referentes de cualquier estudio de la evolución humana, siendo en 1991 cuando la Junta de Castilla y León le otorgó la distinción de Bien de Interés Cultural, y en 2015 cuando el Comité de Patrimonio Mundial de la UNESCO ratificó su máxima protección mundial.
Se trata de un conjunto de yacimientos, galerías y sismas, considerado uno de los más importantes del mundo, cuyo descubrimiento marcó un antes y un después en la historia, pues ha sido en sus seis kilómetros de sierra donde se ha encontrado la presencia humana más antigua que se conoce, lo que, a su vez, ha llevado a los expertos a replantearse la evolución de esta especie.
Ubicado en la sierra burgalesa de Atapuerca y extendido por el valle del río Arlanzón, el Sitio Arqueológico de Atapuerca cuenta con un registro arqueopaleontológico de más de un millón de años, es decir, signos de actividad humana de la época del Paleolítico, el Neolítico y la Edad de Bronce.
En Atapuerca se han hallado restos fósiles que han brindado multitud de informaciones sobre las comunidades humanas europeas más tempranas que han permitido documentar un extenso e importante periodo de la historia de la evolución humana, tales como el Homo Antecessor, el que dicen ser el antecesor del Homo Sapiens y que cuenta con una datación de más de 780.000 años; y el Homo Heidelbergensis, considerado el antecesor de los neandertales y que ha resultado de gran utilidad para la investigación de la evolución del género Homo.
Pero no solo eso. En Atapuerca también se han realizado expediciones que han dado como resultado información sobre restos faunísticos y arqueológicos de gran valor y utilidad.
La historia de Atapuerca
Las primeras exploraciones de la zona se remontan a la mitad del siglo XIX. Sin embargo, lo cierto es que la cueva empezó a ser conocida e incluso visitada bastante antes.
Al parecer, fue en 1863 cuando un hombre llamado Felipe Ariño solicitó la concesión en propiedad de dicha cueva, entonces conocida como Sima de los Huesos, y en 1868 cuando Pedro Sampayo y Mariano Zuaznávar realizaron la primera descripción detallada de la misma.
Recién entrado el siglo XX, túneles y galerías quedaron al descubierto a raíz de la construcción de una línea de ferrocarril minero por parte de una compañía inglesa denominada The Sierra Company Limited, propiedad de Richard Preece Williams, como parte de la solución de poder transpotar materiales como hierro y carbón desde la Sierra de la Demanda a siderurgias vascas a las que en aquel momento no les era suficiente con el material extraído de los yacimientos de León y Asturias.
Dicha línea atravesaba el lado suroeste de la Sierra de Atapuerca, pero en 1910 esta dejó de funcionar a consecuencia de la quiebra de la empresa.
Fue en ese mismo año cuando el arqueólogo Jesús Carballo descubrió el yacimiento y las pinturas de la Cueva Mayor, y poco después cuando algunos de los arqueólogos más destacados a nivel mundial se trasladaron a la zona para estudiarla.
Sin embargo, los acontecimientos históricos que se fueron desarrollando en España en esa misma época, pausaron las investigaciones, las cuales fueron retomadas en 1964 por el profesor Francisco Jordá Cerdá, quien realizó las primeras excavaciones.
Esto dio lugar a que unos años más tarde un grupo de espeleólogos denominado Grupo Espeleológico Edelweiss descubriera la Galería del Sílex con restos de rituales funerarios y pinturas de la Edad del Bronce, mientras que el profesor Juan María Apellániz se centraba en campañas de excavaciones del Portalón de la Cueva Mayor.
Y es que, una vez entrado el 1976 se lograron los primeros hallazgos de restos humanos en la Sima de los Huesos. Estos fueron encontrados por un ingeniero de minas, que decidió poner el asunto en manos del antropólogo Emilio Aguirre, natural de Ferrol, y del Grupo Espeleológico Edelweiss, con el que preparó una excavación tras pedir permiso a Apellániz.
Lo curioso era que su objetivo era buscar restos de animales, pero entre lo extraído también se encontraron fósiles humanos que llevaban allí siglos, destacando por encima del resto la presencia de una mandíbula, varios dientes y dos fragmentos de cráneo, los que se consideraron desde ese mismo momento los primeros restos humanos encontrados en la Sierra de Atapuerca.
Esto fue lo que llevó a Aguirre a plantear un primer proyecto de investigación de la evolución humana en Europa que ejecutó con la ayuda de un equipo de investigadores españoles formado por él mismo.
El gallego se convirtió así en una pieza clave de los primeros hallazgos que tuvieron lugar en el conjunto de yacimientos, aunque una vez llegada su jubilación en 1991, fueron los profesores Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell los que tomaron el relevo del proyecto. Ellos descubrieron en 1994 los primeros restos en la Gran Dolina y lo más sorprendente es que aún siguen trabajando en los yacimientos.
Los yacimientos
Actualmente, son exactamente 180 los yacimientos que conforman Atapuerca, considerado por profesionales como un lugar único en el mundo. Si bien es cierto que hay algunos que destacan por encima del resto. Estos son la Sima del Elefante por ser el yacimiento que ha aportado lo que creen ser restos del Homo Sapiens; la Gran Dolina del Homo Antecessor, el homínido europeo más antiguo que se conoce; la Sima de los Huesos de los Preneandertales; y la Galería de las Estatuas y la Cueva Fantasma de los Neandertales.
Algunos de los yacimientos de Atapuerca pueden visitarse a través de la denominada Trinchera del Ferrocarril, el punto de partida del recorrido y donde se encuentran los últimos hallazgos.
Hablamos de la Sima del Elefante, donde se encuentran los restos humanos más antiguos; el Portalón, donde se pueden contemplar centenares de piezas de cerámica e industria; el Mirador, una zona que se cree que estuvo destinada a corrales y lugar de enterramiento; la Sima de los Huesos, donde se hallaron restos del Homo Heidelbergensis; y la Gran Dolina, donde también se dice que hubo un campamento de cazadores y recolectores para fabricar herramientas y el que dicen ser el cementerio más antiguo de hace 400.000 años
Además, los turistas tienen la posibilidad completar su visita recorriendo el Parque Arqueológico de Atapuerca, así como el Museo de la Evolución Humana.