Es una de las obras arquitectónicas más impresionantes del planeta tierra, hasta tal punto de que desde 2007 pertenece a una de las siete maravillas del mundo. Petra, en Jordania, alcanzó su máximo esplendor con la sociedad árabe de los Nabateos. A 80 kilómetros del mar Muerto y enclavada en un característico valle angosto, esta ciudad es conocida mundialmente por sus construcciones talladas directamente en la roca.

El Khazneh, conocido en nuestra lengua como 'El Tesoro', es la construcción más famosa por antonomasia. Está completamente tallada sobre la roca del valle, formado por areniscas y cuenta con detalles helenísticos y también estilo propio, como es el de sus propios capiteles, hoy todavía denominados del 'nabateo'.

Los detalles y la propia naturaleza monumental del lugar confieren a Petra de un lugar único a nivel internacional, siendo un reclamo por la historia de las sociedades pasadas que allí habitaron. Cabe resaltar, además, que este lugar quedó abandonado durante varios siglos, sin que nadie habitase allí, y siendo objeto únicamente de algunos curiosos.

No fue hasta el siglo XIX cuando Petra fue redescubierta, gracias a Jean Louis Burckhardt, un suizo que se hizo pasar por árabe y llevó el conocimiento de la ciudad por primera vez hasta Occidente.

A varios miles de kilómetros de allí, en Castilla y León nos encontramos nuestra particular 'Petra'. Se encuentra en la provincia de Burgos y es probablemente el conjunto kárstico más grande de España y uno de los 10 más importantes a nivel mundial gracias a sus más de 100 kilómetros de galerías. Cuenta, además, con la declaración como Monumento Natural de la Junta desde 1996 y Bien de Interés Cultural.

Concretamente, se ubica al norte de la provincia de Burgos, entre los municipios de Santelices y Espinosa de los Monteros. En su interior se esconden distintos niveles, algunos ya en estado fosilizado pero otros con actividad hidrológica. Santuarios prehistóricos y hasta 63 especies de invertebrados carvenícolas, siendo cuatro de ellas totalmente exclusivas de estas cuevas.

La ermita de San Bernabé, incrustada en la roca, en Ojo Guareña

El paisaje se divide en dos zonas, siendo la norte donde se ubican los Montes de Somo, donde se originan los ríos que han creado esta impresionante red de cavidades en la roca y que se conoce como Ojo Guareña. 

Precisamente, se trata de un lugar con alto interés espeleológico en donde observar el transcurso desde el Paleolítico Medio hasta nuestros días. Uno de los lugares con más interés de este lugar y que es visitable es la Cueva Ermita de San Bernabé, incrustada en plena roca. Un santuario que podrá ser visitado a través de una ruta de 45 minutos que se conocerá previamente con una presentación de 10 minutos de proyección.

Allí conocerás la propia ermita dedicada a San Tirso, aunque conocida como San Bernabé, la Pila del Santo y la galería de los Silos. El propio complejo de la ermita cuenta con pinturas murales anónimas que datan de entre los años 1705 y 1877, con dibujos que muestran los milagros y martirios del santo. Dentro, en una de sus paredes, está el archivo del Ayuntamiento de la Merindad de Sotoscueva.

Para los más atrevidos también está la visita a la Cueva Palomera, pero en este caso no es apta para todos los públicos, dado que se exige estar en una mínima forma física, aunque no hace falta ser deportista. 

La ermita de San Bernabé, incrustada en la roca, en Ojo Guareña

Esta ruta cuenta con la visita a la Cueva y Rampa de Palomera y continúa hasta el Museo de Cera y la Sala del Cacique, pasando por innumerables puntos de interés. Cabe resaltar que estas visitas, que son de frecuencia reducida, contarán siempre con un guía y hay dos opciones.

El primero de ellos es el recorrido de Palomera a la Sima de las Dolencias, que se trata de un trayecto de 1,5 kilómetros y una duración aproximada de 2,5 horas. El segundo es el de Palomera, Sima Dolencias y el Museo de Cera, siendo este de 2,5 kilómetros y unas cuatro horas de duración.

La ruta está calificada de dificultad media, pues la cueva no está acondicionada y se remarca la importancia de estar en una buena condición física porque hay que andar por terrenos irregulares, subir y bajar zonas en pendiente y agacharse en algún tramo, aunque sin ser necesario tener que pasar por zonas estrechas ni gateras.

Ahora bien, no se permitirá la entrada a niños menores de 12 años y entre esta edad y los 16 deberán estar acompañados de un adulto, mientras que hasta los 18 deberán hacerlo con autorización paterna. Tampoco podrán entrar embarazadas, personas con claustrofobia, con movilidad reducida o que presenten condiciones desfavorables para llevar a cabo la actividad.

Una bella pero desconocida 'Petra' en Castilla y León que guarda en buen cobijo el tiempo con el paso de los siglos y una belleza natural incalculable enmarcado todo en un paisaje de características únicas.