Los cimientos y restos de la muralla medieval que rodeaba al Monasterio de San Pedro de Arlanza, en Hortigüela (Burgos) han salido a la luz. Todo tras la actuación del Ministerio de Cultura y Deporte, a través del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE).
Un hallazgo que ha tenido lugar este verano. Ha sido en la última campaña de excavaciones que finalizó en el mes de agosto y en la que ha trabajado un equipo de arqueólogos, restauradores, topógrafos y técnicos de laboratorio que han dado con esta joya.
Un tramo de la muralla descubierto que se ubica en el sector noroeste. De gran potencia, con casi un metro de espesor, que cuenta con un vano que daba un acceso directo a la iglesia. Se dice que probablemente estuviera abierto en el momento en el que el templo contó con funciones parroquiales.
Un hallazgo que pone en valor el contenido de un manuscrito datado en el año 1563 y que se halla desaparecido en la actualidad. En él se daba fe de la existencia de la muralla medieval que contaba con un total de cinco torres. Por un lado, la de Fray Pelayo, en la parte occidental. Por otro la de Doña Sancha, ubicada en el extremo suroeste. La del Tesoro, situada en la zona norte y las del Capítulo y del Conde, en la fachada este. El trazado se borró parcialmente debido al abandono del edificio.
Más sorpresas
Además, la excavación en el claustro mayor ha permitido que se pueda identificar un viaje de agua. Conectaba con el claustro menor y abastecía a la fuente central del patio. Se han registrado otras canalizaciones de cerámica vidriada, tumbas, tanto individuales como colectivas y un acueducto.
Ahora comenzará la fase de laboratorio con el fin de analizar y estudiar al detalle los restos arqueológicos que se han recuperado. Como diferentes materiales datados entre los siglos XIII y XVI.