Unas imágenes escalofriantes, dignas de una película de terror pero donde la realidad supera a la ficción. El Observatorio de Bienestar Animal (OBA) ha publicado unas imágenes de una granja porcina ubicada en Quintanilla del Coco, en la provincia de Burgos, que causan pavor. Unas imágenes inéditas en una explotación porcina, que ha sido denunciada por el OBA por presuntos delitos de maltrato animal y publicidad engañosa. Para más inri, se denuncia que el alcalde del pueblo es el dueño de la explotación. Advertimos a los lectores de que las imágenes, que se pueden ver en este vídeo de Youtube, que se muestran son muy duras y pueden herir la sensibilidad.
Esta investigación, según narran a este periódico, corresponden a una investigación que tuvo lugar entre este pasado verano en una granja de cerdos, que está formada por cinco naves con 5.000 cerdos aproximadamente. Así, en las imágenes se puede ver de todo. Cerdas reproductoras que están extremadamente delgadas, y donde se nota su columna vertebral, según reseñan. Otras tienen graves prolapsos de útero y tumores en las mamas. Todo ello añadido con la presencia permanente en jaulas les produce heridas con pus y gangrena por la fricción con los barrotes. Sin embargo, lo peor está por llegar.
Según el Observatorio de Bienestar Animal en las jaulas de cerdas parideras, también se ve a un un lechón que tiembla, está enganchado en el suelo de rejilla y su cara provoca mucha pena. Como el espacio es muy pequeño, el animal es orinado por la propia madre y pisoteado por sus hermanos. También se muestran a los lechones que agonizan, otros están muertos, incluso en avanzado estado de descomposición y desmembrados.
Algunos presentan tumores y heridas sangrantes. En el vídeo también se observa como un trabajador bebe cerveza y vierte el líquido sobre unos lechones. El propio investigador manifestó en la información trasladada a la ONG que observó una escena caníbal: "varios cerdos se estaban comiendo a otro cerdo que aún estaba vivo. Le mordían el codo de la pata derecha delantera, y este sangraba. Incluso el agua del bebedero estaba teñida de color rojo".
Los responsables y operarios de la granja han sido denunciados por el Observatorio de Bienestar Animal ante el juzgado de Lerma (Burgos) por presuntos delitos de maltrato animal con agravante de muerte, así como la modalidad de acción por omisión. La ONG exige la clausura de la granja, la destitución del alcalde y una condena ejemplar por la pésima gestión de los animales.
También han denunciado a la empresa cárnica que presuntamente gestiona la carga de los animales y proveedora de Lidl por presunto delito de publicidad engañosa en cuanto a sus comunicaciones públicas sobre un elevado nivel de bienestar animal. Así, Julia Elizalde, Mánager de campañas del Observatorio de Bienestar Animal, señala que casos de maltrato animal más severos de los que hemos sido testigos hasta el momento. El sufrimiento de los cerdos en esa explotación es extremo, muchos padecen una muerte lenta y dolorosa. Exigimos la actuación inmediata de las instituciones y empresas involucradas mediante el cierre de la granja. Es imprescindible atender al último eslabón de la cadena alimentaria, ya que esta granja suministra a un proveedor de supermercados Lidl. Por ello, hemos recogido más de 500.000 firmas demandando a Lidl, como primer supermercado en Europa, que ponga fin al escándalo animal que se está revelando de granjas relacionadas con su cadena de suministro".
Falta de higiene
OBA denuncia que el lugar presenta una enorme falta de higiene. “En los pasillos se aprecian decenas de cadáveres en diferentes estados de descomposición, algunos canibalizados. Los bebederos se encuentran a menudo vacíos. Las ratas recorren los cuerpos de las cerdas enjauladas, los cubículos de los animales y las tolvas de alimentación; el pienso de los cerdos se encuentra repleto de heces de ratas”. También se visualizan dos cubos expuestos a la intemperie con cadáveres de lechones, resto de placenta y abundantes moscas, además de encontrarse pedazos de patas y lechones muertos esparcidos a lo largo del recinto Según la legislación, la explotación debe contar con uno o varios contenedores homologados herméticos destinados a la contención de animales muertos para la recogida de cadáveres. Bajo el suelo de la granja, se observan purines infestados por larvas y gusanos. Se aprecia en las imágenes a un gato alimentándose de un cadáver de cerdo en el interior de las instalaciones. Según la organización de protección animal, la presencia de estos animales en la granja implica riesgo zoonótico de transmisión de enfermedades a humanos como la salmonelosis o leptospirosis.
En la oficina de la explotación, hay una cabeza de cerdo podrida, un lechón muerto y restos de una columna vertebral junto a botellines de cerveza. A su vez, encima de un escritorio se encuentran dos certificaciones 'Welfair'. Se trata de una certificación independiente de bienestar animal que busca garantizar el bienestar de los animales destinados a consumo. Este sello certifica todos los modelos de cría de animales, incluyendo las jaulas y los pollos de crecimiento rápido. No es la primera vez que se exponen granjas certificadas por este sello; dos explotaciones avícolas relacionadas con un proveedor de supermercados Lidl y denunciadas en 2022 por Observatorio de Bienestar Animal perdieron su sello Welfair y una de ellas está siendo investigada judicialmente por presuntos delitos de maltrato animal y contra la salud pública. Lidl España certifica el 100% de su carne fresca con el sello Welfair.
El reportaje recoge el momento en el que los cerdos son cargados en el camión hacia el matadero. El operario encargado les golpea repetidamente con una herramienta similar a un martillo y la picana eléctrica.
Inspecciones de la Junta
Por su parte, la Junta de Castilla y León ha afirmado que técnicos de la Consejería de Agricultura y Ganadería han realizado dos visitas a la granja y no han encontrado ningún elemento que pudiera provocar un expediente sancionador. Ayer precisamente tuvo lugar la segunda visita al ser conocedores de esta denuncia por parte de la organización, mientras que la primera visita no ha sabido confirmarla en el tiempo. Un dato que sería muy importante ya que estas imágenes se grabaron este pasado verano. No obstante, ha afirmado que desde la junta son “muy rigurosos” en las medidas de sanidad y de control en este tipo de instalaciones. Además, ha señalado que hay que comprobar si las imágenes pertenecen a esa explotación ganadera.
El portavoz de la Junta, Carlos Fernández Carriedo, ha afirmado que “si corresponde” el gobierno autonómico se personaría si hay denuncia. Por último ha querido hacer hincapié en la calidad de los productos cárnicos de las explotaciones de la Comunidad.
Vitartis pide actuar con "contundencia"
La Asociación de la Industria Alimentaria de Castilla y León, Vitartis, ha pedido a las autoridades competentes actuar con “contundencia” de la ley si se confirma la veracidad de las imágenes. Del mismo modo, ha señalado que en todo caso serían "unos hechos aislados en el marco de un sector moderno, pujante, comprometido con el bienestar animal y generador de empleo en el ámbito rural”.
En un comunicado, Vitartis condenó “enérgicamente” cualquier “mala praxis” que se haya podido registrar, ya que vulneraría la legalidad vigente. Además, expresó su “firme” apoyo al sector en su apuesta por la “calidad, el bienestar animal y la seguridad alimentaria”. De esta forma, suscribió las palabras de la interprofesional del porcino (Interporc), que representa a toda la cadena de valor, respecto a las imágenes que muestran supuestamente unas prácticas “absolutamente inadmisibles e ilegales” en una granja situada al parecer en Burgos.
Finalmente, la Asociación lamentó el perjuicio que causa ese tipo de comportamientos al sector del porcino, cuya cabaña en Castilla y León -recordó- es la tercera más numerosa de España, con 4,5 millones de animales, solo por detrás de Aragón y Cataluña.
El Seprona no encuentra irregularidades
El Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) intervino hoy en la granja de cerdos de Quintanilla del Coco (Burgos) y, según fuentes consultadas por la Agencia Ical, los agentes actuantes no habrían hallado ninguna irregularidad, dado que las condiciones en las que se encontraban los animales y sus instalaciones eran “correctas”.