Castilla y León está lleno de pueblos bonitos a la par que impresionantes, acostumbrados a hacer las delicias de todos los turistas que los visitan. Algunos de ellos, además, parecen salidos de un cuento o incluso de una película por su característico emplazamiento al haber nacido junto a accidentes geográficos.
National Geographic ha querido hacer una selección de los pueblos más vertiginosos y fascinantes de España y, como no podía ser de otra manera, entre los nueve seleccionados se encuentra uno muy famoso de Castilla y León, concretamente situado en la provincia de Burgos.
Se trata de Frías, un pueblo medieval declarado Conjunto Histórico Artístico, perteneciente a la comarca de Las Merindades y ubicado en pleno valle del Ebro, a tan solo una hora de la capital burgalesa, que reúne múltiples encantos. Tantos, que incluso se encuentra incluido en la lista de los pueblos más bonitos de España elaborada por la Asociación homónima.
Además, a modo de curiosidad, cabe destacar que se trata del pueblo más pequeño de todo el país y también de la ciudad más pequeña de todo el territorio nacional, pues alcanzó dicha categoría en 1432 y gracias a Juan II de Castilla, pese a que hoy cuente con poco más de 200 habitantes. A su vez, es conocido como punto de partida para visitar el nacimiento del río Tajo.
Aparece por primera vez mencionado en la segunda mitad del siglo IX y está levantado sobre el cerro de La Muela. En lo alto se puede apreciar el castillo de los Duques de Frías, una fortaleza que data del siglo X y está encaramado sobre un roquedo que domina el pueblo, así como la iglesia de San Vicente de Mártir, de origen románico y en cuyos alrededores todavía quedan sepulcros. Ambos forman los vestigios más destacados de la zona, junto con el barrio de la Judería.
Tampoco pasa inadvertido el puente medieval del siglo XII que cruza el río Ebro y ofrece unas vistas inigualables del pueblo. Se sitúa a apenas un kilómetro del casco histórico de la ciudad y es un puente de piedra de sillería compuesto por seis arcos de medio punto.
Uno de los grandes atractivos de Frías son sus casas colgadas. Se encuentran en el casco histórico, están construidas a base del entramado de madera que define la estética de todo el pueblo y llaman la atención porque, a simple vista, parece que están precipitándose al vacío, pues cuelgan de un filo en el cerro de La Muela.
Pero esto no es todo. En una visita a Frías, la calle del Mercado es parada obligatoria. Se trata de la vía más comercial y transitada de la localidad, ya que está repleta de bares, restaurantes y comercios.
Como broche final, nada mejor que contemplar las preciosas y fascinantes vistas desde el mirador El Peñasco, donde se puede observar el pueblo, así como el valle de Tobalina.
Con todo ello, podrás disfrutar de una escapada turística de diez, tan fascinante como inigualable.