El Tribunal Supremo ha condenado a Segurcaixa Adeslas S.A. como aseguradora de Sacyl a indemnizar con 55.000 euros a la familia de un paciente de 72 años fallecido por "mala praxis médica". 25.000 euros irán a favor de la esposa y los 30.000 restantes a los dos hijos a partes iguales.
Según recoge la sentencia, la víctima fue diagnosticada y tratada de cáncer de vejiga en el Hospital Santos Reyes de Aranda de Duero y en el Hospital Universitario de Burgos. Sin embargo, debido a las largas listas de espera, hubo un retraso "importante" en el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad del paciente, que "favoreció" la extensión y progresión de la patología, propiciando así su fallecimiento.
El 17 de octubre de 2017 la familia decidió presentar una reclamación ante la Administración al considerar "defectuosa" la asistencia sanitaria prestada al paciente. Tras ello, el 8 de febrero de 2018, la familia volvió a personarse en el expediente administrativo iniciado a raíz de la anterior reclamación para manifestar el fallecimiento del hombre, así como su deseo de continuar el procedimiento administrativo.
Tiempo después, fue cuando la viuda y los dos hijos recurrieron a la Asociación El Defensor del Paciente, siendo esta la que, a través de su abogado Antonio Navarro, presentó un escrito ante la Administración en el que exponía que el fallecimiento se debía a la "mala praxis" realizada al paciente y comunicaba la decisión de la familia de desestimar el procedimiento administrativo e iniciar un procedimiento judicial representados por el abogado Navarro.
En la denuncia, la familia manifiesta que el paciente fue diagnosticado de una lesión vesical compatible con cáncer el 17 de noviembre de 2016, que se confirmó por biopsia el 11 de enero de 2017. Les manifestaron que el pronóstico podía empeorar si no le extirpaban la vejiga transcurridos tres meses desde el diagnóstico, al tratarse de un tumor agresivo.
Sin embargo, el paciente no fue operado hasta el 21 de abril de 2018 y por lo privado, superando así el plazo de los tres meses y sin que hubiese recibido algún aviso para operarse por la vía pública. Así, tras la operación el hombre sufrió diversas complicaciones, falleciendo el 16 de noviembre de 2017.
La familia considera que durante este tiempo se podía haber evitado, en parte, la evolución de la enfermedad si se hubiera actuado mejor tanto en tiempo como en la forma de actuación.