La Policía Nacional interceptó el pasado 24 de marzo en el municipio burgalés de Miranda de Ebro a ocho ultras del Real Valladolid que viajaron hasta la localidad, aprovechando la celebración del partido de la Liga Hypermotion que enfrentó al CD Mirandés y el Real Zaragoza. Según apuntan fuentes policiales, lo hicieron buscando enfrentamiento contra hooligans del club zaragozano, como respuesta a otros incidentes ocurridos entre aficionados radicales de ambos equipos.
Al parecer, los ultras fueron identificados en las cercanías del estado de Anduva, donde les intervinieron en su poder efectos habitualmente empleados en altercados, tales como barras de hierro o disfraces para dificultar su identificación.
Y es que, la actuación policial se llevó a cabo gracias al aviso de un ciudadano, quien contactó con las fuerzas de seguridad para alertar de la presencia de varios jóvenes que se habían bajado de dos coches en una calle cercana al estadio de Anduva con barras de hierro y ocultando sus rostros con pasamontañas. Lo más curioso de todo es que lo hicieron a escasos minutos del final del partido.
Así, varias dotaciones de la Policía Nacional consiguieron evitar una presunta agresión entre aficionados ultras al lograr identificar a ocho de esos jóvenes, cuya estética 'ultra' y su procedencia de Valladolid no resultó coherente con las explicaciones aportadas a los agentes.
Estos también llegaron a inspeccionar sus vehículos, donde les intervinieron el citado material, además de bastones extensibles de trekking, un palo de golf, máscaras artesanales realizadas con balones de baloncesto y una pegatina con la enseña 'Ultras RVCF, 1928'.
Tras ello, la Policía Nacional puso en conocimiento de la Autoridad Gubernativa todo lo ocurrido, por si de la actuación policial pudieran derivarse sanciones administrativas.