Un susto con final feliz. Y es que esta es una de esas historias que confirma que el mundo está lleno de gente maravillosa. Una mujer perdió 1.300 euros y unas gafas de sol durante el pasado jueves. Lo hizo cuando estaba repostando en una estación de servicio en Aranda de Duero. Un despiste que la pudo salir muy caro.
Sin embargo, fueron los propios trabajadores de la gasolinera los que llamaron a la Policía Nacional para comunicar lo que había ocurrido.
Así, los agentes documentaron y se hicieron cargo del dinero, distribuido en billetes de cincuenta euros- y de las gafas, desconociendo en ese momento los empleados a quien pudieran pertenecer. En este caso las posteriores gestiones dieron sus frutos y gracias a la revisión minuciosa de las imágenes registradas por las cámaras de seguridad de la propia estación se identificó al posible dueño.
Desde la Comisaría se telefoneó a la mujer, y se le interpeló sobre los objetos recuperados, advirtiendo su pérdida y describiendo con minuciosidad las gafas extraviadas. La elevada cantidad de dinero en efectivo que portaba esta persona es compatible con su actividad profesional; por lo que fue esta misma mañana ha comparecido en dependencias policiales, haciéndosele entrega de los mismos.
La Policía Nacional agradece el comportamiento de estos trabajadores que con su buen hacer consiguieron que la perdida se quedase en un susto.