En los adentros de Burgos nos encontramos edificaciones que siguen manteniendo su esplendor pese al paso de los años. Estas edificaciones han afrontado numerosas guerras, pero también condiciones meteorológicas adversas. Una construcción que si tuviera ojos y boca nos contaría las mil batallas que acontecieron. También conocido como el Castillo de los Velasco, esta torre de Lezama se erige en un castillo construido en el siglo XIV en torno a las aldeas del Valle de Mena en Burgos y está declarado Bien de Interés Cultural. El castillo está custodiado por montañas, maleza del bosque y largos ríos está a la venta por un precio de 1,59 millones de euros y cuenta con una parcela de 25.000 metros cuadrados.
La lucha entre cristianos y musulmanes que se prolongaron a lo largo del tiempo, la construcción tiene un carácter claramente ofensivo. Ya en 1850 se acometieron importantes reformas para rehabilitar este espacio que se encontraba deteriorado.
Esta torre de Lezana mantiene una estrecha vinculación con la familia de los Velasco. En el siglo XV adquieren la propiedad que tiene 20 metros de altura y está construida con piedra de sillarejo regular, mampostería y jalonada en sus flancos y en el centro de sus lienzos por cubos y torres que la aíslan del exterior. Todo un espacio defensivo para cubrir a sus inquilinos de cualquier amenaza exterior.
Pero si nos adentramos en esta espectacular construcción antigua, nos encontramos con amplios espacios. Cuenta con cinco plantas que están unidas por un ascensor, por lo que no hay necesidad de sudar para subir los peldaños de las escaleras. Dispone de una terraza con vistas a la muralla y al puente levadizo conservado. Este puente conecta el torreón con la torre este.
El espacio de la primera planta está dedicado a un amplio salón que cuenta con dos chimeneas y amplios techos. Además, de una cocina independiente y un aseo de cortesía. Una planta iluminada con luz natural. Si se coge el ascensor, nos encontramos con una entreplanta que presenta una biblioteca con vistas al salón de abajo, un dormitorio de diseño y un baño. Un espacio para desconectar y relajarte.
Si ya subimos a la cuarta planta, nos encontramos con una lujosa suite principal que presenta una puerta de entrada de madera tallada, dos miradores con mesa y asientos de piedra, chimenea, jacuzzi junto a la cama, un baño y un vestidor. Otra zona para desconectar del agobio que supone la rutina. El jacuzzi cercano a la cama hará que te apetezca darte un baño en cualquier momento.
Pero no se acaba aquí. Esta planta también dispone de un segundo dormitorio en suite, con baño, chimenea y altillo. Las escaleras conducen a un gran salón y dos dormitorios más con sus correspondientes cuartos de baño. Si el tiempo acompaña siempre podrás darte un baño en la piscina climatizada del exterior.