La Policía Nacional de Burgos detuvo el pasado mes de mayo, en el marco de la 'Operación Torrijos', a tres hombres que presuntamente distribuían y vendían droga desde un narcopiso situado en un barrio de la zona este de Burgos.
Según han manifestado fuentes policiales, el inicio de la investigación se remonta a hace aproximadamente tres meses, cuando, gracias a la colaboración ciudadana, la Policía tuvo conocimiento de varios delitos vinculados al tráfico de drogas.
Así, una vez obtenidos los indicios criminales suficientes como para poder vincular a los investigados con la actividad delictiva, se organizó el dispositivo para su detención, que se centraba en mantener el control sobre el inmueble en el que, al parecer, operaban y en él escondían las sustancias.
Tanto es así, que, durante el registro del mismo, se incautaron más de 40 plantas de marihuana, cocaína, dosis de MDMA y tres básculas de precisión, utilizadas para el pesaje y la elaboración de las dosis.
En lo que se refiere a la detención de los investigados, cabe destacar que estos se resistieron de manera activa y violenta, ya que, al verse sorprendidos por la Policía, comenzaron una huida a gran velocidad a bordo de su vehículo, llegando a chocar contra los vehículos policiales.
De hecho, según señalan desde la Policía Nacional, los agentes que participaban en el operativo, tuvieron que apartarse de la calzada para no ser arrollados.
Por todo ello, en ese mismo momento se inició una persecución policial que concluyó con la detención de los tres hombres, así como con la aprehensión de unos 1.000 gramos de speed que llevaban encima.
Cabe destacar que los detenidos, a los que se le imputan delitos de tráfico de drogas, atentado a agente de la autoridad y contra la seguridad vial, cuentan con antecedentes policiales previos por delitos violentos. Sin embargo, el juez solo ha decretado prisión provisional para uno de ellos.