Un pueblo de Burgos vive momentos de incertidumbre y tristeza. Y es que si la situación no cambia este verano, se verán obligados a cerrar las puertas de su colegio. Se trata de Regumiel de la Sierra, ubicado a unos 88 kilómetros de la capital y limítrofe con la provincia de Soria.
Llevan toda la vida viendo crecer a los más pequeños mientras se forman en el CRA Sierra de Pinares. Y ahora hacen un llamamiento desesperado para conseguir que vayan niños al pueblo y evitar el cierre de su centro educativo. Actualmente cuentan sólo con un niño para el próximo curso, lo que hace que sea inviable tenerlo abierto ya que se necesitan obligatoriamente tres.
"Hasta ahora siempre ha habido muchos niños. Incluso hemos llegado a tener 17 formándose en las aulas, pero van creciendo y tienen que marcharse", afirma el alcalde, José Luis Vázquez, en declaraciones a EL ESPAÑOL- Noticias de Castilla y León. En el curso anterior, había tres, pero dos de ellos ya pasan al instituto y, por ello, necesitan encontrar urgentemente a familias que vayan a repoblar la localidad.
Un pueblo en el que, a palabras del alcalde, "se vive bastante bien" y una situación desesperada porque "es la primera vez" que les ocurre y no saben cómo solventarlo para no tener que cerrar las puertas para siempre.
Como recompensa, desde el Ayuntamiento ofrecen 800 euros a todas las familias que inscriban a su hijo al colegio. Además, informa de que cuentan con una vivienda de alquiler social que está lista para ser habitada y cuyo precio ronda los 200 euros. "También hay otras casas que son de particulares y están perfectamente y no son caras", añade.
No sólo eso, sino que Vázquez también sostiene que "trabajo no falta" ni en el propio pueblo ni en las zonas próximas: "Hay aserraderos y en la construcción se necesita a gente porque no encuentran a albañiles. Por temas de empleo no hay inconveniente ninguno, el que quiere trabajo puede encontrarlo".
En este sentido, el alcalde de Regumiel de la Sierra anima a todas las familias a acudir al pueblo y visitar las instalaciones del centro educativo, así como la vivienda de alquiler social que no sabe "cuánto tiempo estará disponible".
Lo que todos tienen claro es que no quieren cerrar las puertas del CRA Sierra de Pinares porque "siempre que hay niños en la escuela de un pueblo, hay vida". Y recuerda que, pese a que están los jóvenes que van al instituto, "el ambiente de cuando los padres los llevan a primera hora es incomparable".
Un pueblo pequeño que "no quiere perder" su centro educativo y que ofrece todas las ayudas necesarias a las familias que decidan mudarse y comenzar una nueva vida con ellos.