A veces elegir un destino para descubrir es una tarea complicada. El mar de información que ofrece Internet, en ocasiones, acaba por saturar poco o nada ayuda a decidirnos. Pero como si de un buen amigo se tratase ahí está la herramienta más popular de los últimos tiempos, Chat GPT, para echar una mano.
EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León ha preguntado a esta Inteligencia Artificial cuál es el pueblo más bonito de la provincia de Burgos. Y su sistema ha querido ser 'políticamente correcto', por lo que ha empezando diciendo que Burgos es "una provincia rica en historia y belleza natural, cuenta con numerosos pueblos encantadores que merecen ser explorados. Determinar cuál es el 'más bonito' es subjetivo y depende de los gustos personales, pero algunos de los pueblos más destacados, reconocidos por su atractivo y patrimonio cultural".
Eso sí, luego se ha mojado para indicar que Frías está en el top 1 de municipios más bellos del territorio burgalés. Este pueblo se ubica al noroeste de la provincia de Burgos. Encaramado sobre una colina y dominando el paisaje con su silueta inconfundible, este municipio pertenece a la asociación de 'Pueblos Más Bonitos de España'. Y como para no. Con menos de 300 habitantes, Frías es un tesoro medieval que ofrece a los visitantes una ventana al pasado, una experiencia rica en historia, arquitectura y paisajes naturales que te dejarán encantado.
La historia de Frías se remonta al siglo IX. Y es que este sería uno de tantos pueblos que surgieron en los primeros momentos de la ocupación del Alto Ebro. De aquellos años se mantienen aún los sepulcros rupestres de los alrededores de la parroquia de San Vicente, entonces cementerio. El nombre del pueblo procede de 'Aguas Fridas', después reducido a la segunda parte de esta denominación.
Su importancia estratégica durante la Edad Media se refleja en su espectacular castillo y sus defensas naturales, que lo convirtieron en una plaza fuerte contra las incursiones musulmanas y más tarde, en un núcleo económico y comercial relevante en la provincia de Burgos.
El título de ciudad le fue otorgado por el rey Juan II de Castilla en el siglo XV, la intención de intercambiársela a Pedro Fernández de Velasco, conde de Haro, por Peñafiel. Pero los vecinos de Frías se negaron a aceptar al conde de Haro como su señor, lo que llevó a la rebelión y asedio de la plaza. Pero, finalmente, la población tuvo rendirse tras un largo tiempo de enfrentamientos, y acatar las normas del nuevo señor.
Qué ver en Frías
Casas colgadas
El icono más distintivo de Frías son, sin dudas, sus casas colgadas. Porque aunque las más famosas de España sean las de Cuenca, el municipio burgalés no tiene nada que envidiar en este tipo de estructuras. Estas viviendas están construidas de toba y madera, y sirven para aprovechar el reducido espacio que le brinda 'La Muela', gran roca sobre la que se asienta la parte alta del municipio. De esta forma, las casas están construidas en los mismos extremos de la roca, pareciendo que forman parte del precipicio.
Es el ejemplo ideal de un urbanismo y una arquitectura que se adapta al escaso terreno con el que cuenta la parte alta de Frías, lo que obliga a desarrollar la casa tanto hacia arriba como hacia abajo, excavando en la roca de toba, superando el número habitual de dos plantas. Y aunque fueron construidas en la Edad Media, se mantienen en pie, ofreciendo una vista única y pintoresca de la localidad.
Castillo de los Velasco
Tampoco puede dejar de visitarse su imponente castillo, conocido como el Castillo de los Velasco. Fue construido en el siglo X sobre una peña que domina el Valle de Tobalina y se eleva con majestuosidad sobre el río Ebro. Además, se trata de uno de los castillos roqueros más espectaculares de Castilla, con un gran valor estratégico por erigirse sobre la única entrada a la ciudad en la que confluyen las vías procedentes del Ebro y Vadillo.
Sería al pasar a ser propiedad del rey Alfonso VIII en 1201 cuando tomó más importancia, ya que relevará al castillo de Petralata de las funciones de control del territorio, construido por los navarros en 1040 para defender los pasos más importantes entre La Bureba y Castilla la Vieja.
La defensa de 'La Muela' se completará en 1201 con la construcción de la muralla, y más adelante, en el siglo XV, el conde Pedro Fernández de Velasco emprendería obras de fortificación para garantizar el dominio de Frías y lo convertiría en su residencia.
La puerta de ingreso de arco ojival y defendidas por almenas y troneras, es pequeña para su mejor defensa y está precedida por un puente levadizo de madera. Ya en el interior nos encontramos con un patio de armas, antes parcialmente cubierto, ligeramente cuadrado desde el que se distribuye las ya desaparecidas dependencias del castillo.
Aunque, sin duda, la parte más relevante del castillo es torre del homenaje. Este elemento corona la construcción y es el símbolo de Frías en toda España. En su interior se ubica una estancia abovedada e iluminada por una ventana enrejada con arco propio de la última etapa del gótico, y sobre la sala, la terraza almenada desde donde se contempla imperdible panorámica.
Puente medieval sobre el Ebro
El puente medieval de Frías es una obra maestra de la ingeniería de su tiempo. Construido en el siglo XIV, este puente de origen romano, fue reconstruido en varias ocasiones durante la Edad Media. Por este puente pasaba una importante calzada romana que facilitaba el comercio entre la Meseta y la costa cantábrica, atravesando lugares como el Portillo de Busto, Tobera, Frías y el desfiladero de Herrán hasta llegar a Orduña y, finalmente, a Bilbao.
Este puente también conectaba con una vía que venía desde La Rioja, pasando por Encío, Cubilla, Valderrama y Frías. Se considera uno de los mejores ejemplos de puentes fortificados de España. Su construcción está vinculada a la repoblación llevada a cabo por Alfonso VIII, quien también estableció un mercado y otorgó a Frías un fuero que la convirtió en el centro comarcal y capital del Valle de Tobalina.
En 1396, Frías volvió a estar bajo dominio real, y al igual que en otros lugares como Balmaseda, es posible que en esa época se añadiera la torre para cobrar el pontazgo, una tarifa por el uso del puente. Mantener una estructura como esta en la Edad Media implicaba un considerable esfuerzo económico, y sus frecuentes reparaciones eran financiadas por comerciantes de la Bureba y La Rioja, así como por pastores trashumantes.
El puente mide 143 metros de largo, 3,45 metros de ancho, y desde el nivel del agua hasta el punto más alto del pretil hay unos 13 metros, con otros tantos hasta la torre. Cuenta con nueve arcos, algunos de ellos apuntados y otros ligeramente rebajados. Los arcos más antiguos tienen aliviaderos con molduras a la altura de los salmeres, lo que no solo reduce el peso del puente, sino que también le confiere armonía y belleza.
Iglesia de San Vicente Mártir
Situada junto a un cortado rocoso y en el extremo opuesto del municipio respecto a la torre del homenaje, la iglesia de San Vicente se destaca por su rica arquitectura. Originalmente de estilo románico, del que solo quedan algunos restos, la iglesia fue reconstruida después de que su torre se derrumbara en 1906. La antigua torre, de planta cuadrada y carácter defensivo, complementaba al castillo y presentaba elementos como almenas y troneras.
La iglesia alberga una colección exquisita de imaginería religiosa del siglo XVII, una sillería barroca, un órgano y diversas pinturas religiosas importantes. De su primitiva estructura solo queda la portada románica, que fue trasladada al Museo de los Claustros en Nueva York. En su interior destacan tres retablos: el del Cristo de las Tentaciones (barroco), el de la Soledad y el Mayor (neoclásicos).
Pero merece una especial mención la capilla de la Visitación, adornada con una reja de exquisita forja y un retablo del siglo XVI pintado por Juan de Borgoña, además de contener dos sepulcros de ornamentación plateresca. Esta mezcla de estilos y su historia la convierten en la iglesia más destacada de Frías. La renovación de la iglesia fue parcialmente financiada con la venta de su portada románica al mencionado museo en Nueva York.
Actualmente la iglesia se caracteriza por una combinación de estilos muy diversos, sobresaliendo el barroco. La renovación que más destaca estéticamente se realizó a primeros del siglo XX, convirtiéndose en un conjunto de estilos muy personales del arquitecto burgalés J. Calleja.
Por todas estas maravillas arquitectónicas, más la exquisita gastronomía castellana que ofrece Burgos y el entorno natural donde se ubica Frías, parece que Chat GPT no se ha equivocado en su elección como el pueblo más bonito de Burgos.