Una visita al taller puede dar muchas pistas sobre nuestro coche. Eso le ocurrió a una mujer en Burgos que, tras pasar por el mecánico, descubrió que tenía en su vehículo algo que no la pertenecía y por lo que habían tenido controlada sus movimientos en todo momento.

La avería por la que acudió destapó que en el GPS había una tarjeta SIM que no pertenecía a la propietaria, por lo que lo puso en conocimiento de la Guardia Civil, puesto que no había autorizado su instalación.

Las pesquisas llevaron a los agentes a sospechar de su expareja y comprobar que el titular de la línea telefónica asociada a la SIM, era una persona ajena a todo el entramado, que había convivido tiempo atrás con la pareja.

Las sospechas se centraron sobre G.A.A. quien habría instalado y ocultado el dispositivo que permitía su seguimiento y localización, y, tras el sumatorio de las pruebas que demostraron su vinculación con los hechos, procedieron a su detención como presunto autor de un delito contra la intimidad y de un delito de usurpación de estado civil, al utilizar los datos de una tercera persona sin su consentimiento.