Una peregrina alemana cree haber sido atacada por Miguel Ángel Muñoz
La última prueba testifical en el juicio por el asesinato de la peregrina estadounidense Denise Pikka ha estado protagonizada por el testimonio de otra peregrina, en este caso de nacionalidad alemana, Josefine Elisa Fischer, que sufrió una agresión en Castrillo de los Polvazares en septiembre de 2015 y que, según ella cree, pudo haber sido realizada por Miguel Ángel Muñoz Blas, único acusado por la muerte de Denise.
Josefine Elisa Fischer ha relatado que llegó a los exteriores de la finca de Miguel Ángel Muñoz Blas tras seguir flechas falsas que simulaban las oficiales del Camino de Santiago. Una vez allí, según ha explicado, un hombre encapuchado que la había estado observando desde lejos con unos prismáticos, la agredió, ante lo que ella gritó y consiguió zafarse propiciándole un golpe.
El primer pensamiento de la peregrina alemana es que el agresor quería robarla, por lo que le ofreció cincuenta euros que este no aceptó, y ante lo que le pidió que, por favor, no llamara a la policía.
Sin embargo, Josefine no acató la petición de su agresor y presentó denuncia ante la Policía, por lo que horas después acudió de nuevo junto a los agentes al lugar de los hechos donde, frente a la puerta de la finca de Miguel Ángel Muñoz Blas, encontró las gafas que ésta había perdido durante el ataque.
A pesar de nunca haber podido identificar al agresor debido a que éste llevaba la cara tapada en todo momento, la peregrina alemana ha asegurado hoy ante la Audiencia Provincial de León que cree que era él porque "es imposible que con los gritos estuviera en casa y no escuchara nada".