Veintitrés años de cárcel para el asesino de la peregrina
Una semana después de que el Jurado Popular encargado del juicio por el asesinato de la peregrina estadounidense Denise Pikka declarara culpable al único culpable del caso, Miguel Ángel Muñoz Blas, por mayoría de ocho votos a uno, la Audiencia Provincial de León ha hecho pública hoy la sentencia en la que se condena al asesino a 23 años de prisión por asesinato y robo con violencia.
La Audiencia reconoce así dos crímenes diferentes que llevan a la pena total de 23 de prisión. El primer lugar, se ha declarado a Miguel Ángel Muñoz Blas como "autor criminalmente responsable de un delito consumado de asesinato", por lo que se enfrentará a 20 años de prisión, más tres años adicionales como "autor criminalmente responsable de un delito consumado de robo con violencia".
A la pena de cárcel se suma una idenmización económica de 120.000 euros para los padres de Denise y 30.000 euros al hermano de la misma, así como el reintegro de los 1.132 dólares que le sustrajo a la peregrina, tenineod en cuenta su valor al cambio de euros.
Contra la sentencia, que no es firme, cabe un recurso de apelación ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León que podrá interponerse en un plazo de diez días.
No obstante, la sentencia considera probado que hace poco más de dos años, Denise Pikka siguió unas flechas falsas del Camino de Santiago que le llevaron a pasar por delante de la propiedad de Miguel Ángel Muñoz Blas, quien la acompañó durante parte de su trayecto hasta asestarle varios golpes con un objeto condundente que terminaron con su vida.
Una vez muerta Denise, su asesino, según recoge la sentencia, la desnudó y despojó de sus pertenencias para arrastrarla hasta un lugar cercano a su vivienda donde la enterró, aunque previamente también le había amputado ambas manos y las había enterrado en lugar que aún no se ha hallado.
También está probado para la Audiencia que Miguel Ángel Muñoz Blas, en una fecha no determinada de agosto de 2015, desenterró el cadáver de Denise ante la presión policial y lo volvió a enterrar en el lugar donde, gracias a su testimonio, fue hallado tras su detención en Grandas de Salime (Asturias).