León

Colección pictórica de Pablo Monserrat en el Museo de León

23 diciembre, 2017 10:33

El Museo de León despide el año con una colección pictórica de Pablo Monserrat, el impulsor de “Pintores Leoneses del siglo XIX”, de la colección María Concepción Gago, que lleva el nombre de su madre como homenaje a ella, y se puede visitar desde hoy en el Museo Provincial.

La colección está formada por obras pictóricas realizadas entre el siglo XVII y mediados del XX. Destacan las obras de pintores realistas, tanto españoles del XIX, con telas de Raimundo de Madrazo, José Casado del Alisal, Francisco
Pradilla, Ulpiano Checa; como flamencos y holandeses del XVII, con obras de Simon de Vos, Godfried Schalcken, Pieter van Asch, Moses van Uyttenbroek, entre otros, abarcando también, en menor medida, otros periodos y tendencias.

Este depósito está constituido por obras de pintores leoneses nacidos en el siglo XIX, pertenecientes a la “Colección María Concepción Gago”. Todas ellas tienen como tema la figura femenina, desde retratos de peripuestas pero encantadoras niñas a mujeres de varia condición.

Enrique Dorda y Rodríguez es uno de los más representados en la colección con dos óleos y cinco retratos al pastel. De estos últimos, cuatro son chiquillas, destacando el papel de Beatrix von Heeren. Todos ellos justifican que Dorda fuera apodado “el pintor de los niños”. Junto a ellas, otras dos obras de su primera época: Una buena vara, presentada por el pintor a la Exposición Internacional de San Sebastián de 1896, y Joven lectora en la mecedora, ambas al óleo y sin ánimo retratístico. La colección se completa con Mujer leonesa, de Primitivo Álvarez Armesto, y la Joven con chal, de Demetrio Monteserín.

La pintura del siglo XIX está marcada por dos grandes Revoluciones, la francesa y la Industrial. Por un lado, la Revolución francesa obligó a los artistas a buscar nuevos clientes entre la burguesía, relegando temas religiosos, alegóricos y de aparato. La Revolución Industrial puso en sus manos nuevos pigmentos sintéticos, que permitieron pintar al aire libre y aclarar sus paletas, así como nuevas y diversas inquietudes sociales.