El encuentro del Mini Estadi suponía un auténtico desafío para la Cultural Leonesa, que llegaba con la necesidad de puntuación positiva en el duelo frente a los de Gerard López. De la Barrera colocaba a Sergio Marcos y Mario Ortiz como eje del juego, con línea de tres por delante, Señé, Buendía y Martínez, y Rodri como hombre punta en el ataque visitante, en un once que buscaba ser protagonista en la tarde de hoy. Buen comienzo de los blancos que dejaban clara su intención única de manejar los ritmos de partido y la posesión.

El arranque no podía ser más favorable para los intereses de la Cultural. En una de las primeras ocasiones del encuentro, un envío largo de Mario Ortiz sobre Buendía, terminaba volando sobre el área local y, en el bote, superando a Ortolá en su salida, se convertía en el primer gol de la tarde. La Cultural pasaba entonces a utilizar su ventaja en el marcador, dominando el juego, y repitiendo llegadas por banda izquierda. Buendía y Martínez protagonizaban las mejores, obligando al filial blaugrana a cerrar espacios sobre propia área.

El cuadro leonés se encontraba cómodo, reflejando la capacidad asociativa en su juego combinativo, de buenos apoyos y movimiento sin balón, para tejer una red de juego que impedía al rival desarrollar su mejor faceta. Con el encuentro de cara, y ofreciendo mucho más que su rival, el cuadro de Rubén de la Barrera sufriría la expulsión de Antonio Martínez como único lunar en una primera parte que hacía justicia a los visitantes, a tenor de lo visto sobre el césped.

La segunda mitad mantenía viva la dura pugna entre ambos conjuntos, con la Cultural al mando del encuentro pese a su inferioridad numérica. Rivera y Abel Ruiz buscaban sus opciones frente a Palatsí, aunque sin fortuna de cara a gol; enfrente, Bastos probaba desde larga distancia en el comienzo del periodo, pero el éxito no acompañó al lateral en esta ocasión. El conjunto de Gerard veía incrementado su poder ofensivo con los cambios realizados, prueba de la línea que el periodo iba a tomar de inmediato.

La Cultural mostraba su mejor versión en faceta defensiva, procurando la conservación de balón, sin descuidar el ataque. Yeray y Ángel García hacían su ingreso y reforzaban el físico de un equipo que iba a necesitar de mucha gasolina para mantener la batuta en el encuentro, con un ritmo creciente y en inferioridad numérica. Mario Ortiz gozaba de la mejor ocasión en el ecuador del periodo, y Ballou seguía siendo la referencia ofensiva en un FC Barcelona B que iba a vender muy cara su piel.

Pese a todos los intentos del FC Barcelona B por recuperar la ventaja en el marcador, sería la Cultural la que lograría llevarse el gato al agua en un final de infarto, en el que jugó su partido, con un mando de la situación que le permitió recuperar los puntos fuera de casa en un momento trascendental del curso.