La jornada, dirigida a empresas y administraciones públicas, se ha celebrado esta mañana en las instalaciones del Incibe en León, en el marco del Foro 2030, un espacio de diálogo y reflexión en el que se pretende analizar el impacto social y político de las nuevas tendencias tecnológicas, los desafíos para la administración pública así como establecer alianzas para la generación y aplicación de soluciones innovadoras con impacto social.

Este ha sido el discurso:

La ciberdelincuencia es uno de los grandes retos a los que se enfrenta nuestra sociedad. Su crecimiento en los últimos años la ha convertido en un delito más lucrativo incluso que el narcotráfico, situándose su coste mundial en más de 1 billón de euros, cifra similar al PIB de España.

Además, la ciberdelincuencia tiene un carácter global, indiscriminado, afectando a empresas y administraciones públicas, a colectivos y a personas a título individual, y tecnológico, y es desde estas mismas caracteríticas desde donde se le debe poner oposición y solución.

Paralelamente, esta realidad hace de la ciberseguridad una de las oportunidades de negocio con más expectativas de crecimiento y desarrollo en este momento. Hablamos que a nivel mundial movió un volumen de negocio de 000 millones €, con crecimientos anuales en torno al 10%. Esta cifra, junto con el hecho de que se estima que en 2030 habrá 6.000 millones de personas interconectadas, nos ofrece una perspectiva de potencial de crecimiento abrumador.

La gran utilidad de las herramientas que han proporcionado las TIC ha hecho que tengan un papel protagonista en muchos, quizás en todos, los ámbitos de nuestra vida: relaciones personales, servicios públicos o procesos productivos.

Y es precisamente ese papel protagonista en muchos servicios cruciales lo que hace imprescindible el desarrollo de elementos de protección ante los posibles ataques que seguro se producirán.

Como decía, este delito es indiscriminado y global. Hablamos de ataques en el ámbito doméstico, con consecuencias económicas y de privacidad.

Hablamos de ataques en el ámbito empresarial. calculándose la pérdida asumida por las empresas españolas en 2016 en 000 millones de euros. Una cifra impactante que se suma al hecho de que las PYMES concitan hasta el 70% de los ciberataques en nuestro país.

Unas pérdidas económicas que se pueden incluso quedar pequeñas en comparación con otros graves problemas ligados a la reputación, a la operativa o, incluso, a las sanciones vinculadas a pérdidas de datos confidenciales o personales.

Hablamos, por supuesto, de ataques a las administraciones públicas, y más concretamente por su relevancia, a las conocidas como infraestructuras críticas. Sin ir más lejos, el propio INCIBE registró en 2017 más de 000 incidentes en España, siendo esta cifra un 40% mayor que en 2015, y situando nuestro país como el tercero que sufre más ciberataques.

Por tanto, estamos ante un sector que debe dar respuesta a una necesidad acuciante por parte del sector público y el privado, por parte del ámbito colectivo e individual.

Una respuesta que debe ser rápida, eficaz y que, sobre todo, debe anticiparse a los avances conseguidos por los quienes perpetran este tipo de ataques.

Anticipación es sinónimo de adelanto, y, adelanto es sinónimo de innovación.

Una de las cualidades de este sector es su alto contenido en investigación, en innovación, y es ahí, donde residen dos características principales de la industria de la ciberseguridad: en primer lugar, su capacidad para generar empleo neto y valor añadido y, en segundo lugar, su crecimiento potencial a nivel global.

Si antes hablaba del volumen de negocio mundial, podemos decir que España no es una excepción. El sector de la ciberseguridad mueve un volumen de negocio de más de 500 millones de euros y tiene unas expectativas de crecimiento anuales de un 12%.

En cuanto a empleo, se estima que en la Europa de 2020, es decir, en menos de dos años, habrá 1 millón de empleos ligados a la ciberseguridad sin cubrir.

Por todo ello, el INCIBE es una de las infraestructuras clave de presente y de futuro en nuestro país y, por ello, este tipo de foros son necesarios y obligados.

Decía antes que este es un sector sinónimo de innovación, pero también, desde luego, debe ser sinónimo de intercambio de experiencias y de colaboración en foros multidisciplinares y multisectoriales donde se puedan obtener soluciones eficaces y transversales.

León es consciente de la oportunidad que este sector ofrece y de nuestras capacidades, entre las que destaca el INCIBE, y estamos aprovechándolas. La realización de espacios de diálogo como este, además de otros encuentros nacionales e internacionales, acrecientan la posición de León como ciudad referencia global de la ciberseguridad.

Por ello, quiero concluir, primero, con el agradecimiento al INCIBE, como organizador y responsable en gran parte de ese protagonismo de León en este sector, y, segundo, con una bienvenida a todos los participantes, aprovechando para invitarles a disfrutar de León durante el tiempo que les permita esta jornada.