La Cultural Leonesa triunfa en su Reino
La Cultural y Deportiva Leonesa volvía al Reino de León con la misión inexcusable de ofrecer un encuentro de alto nivel a sus aficionados, en una tarde gélida de enero, en un choque precedido por la limpieza de nieve que club y aficionados llevaron a cabo en las horas previas para posibilitar la celebración del encuentro. Aira disponía su equipo tipo, con la pareja Bernal – Iván en el eje de la zaga, con Saúl ocupando el carril derecho, la tripleta Sergio Marcos, Capilla, Yeray en el medio, y Hugo con Ortiz en las alas, acompañando a Aridane.
El encuentro arrancaba parejo, con ambos equipos buscando su espacio, aunque era la Cultural quien manejaba la batuta de un duelo que pintaba exigido en todos los aspectos. Sergio Marcos y Hugo acercaban las opciones de gol sobre el área rival, con un contrario ordenado, eficaz y trabajador, que hacía muy complicada la entrada de los atacantes culturalistas en zonas críticas de gol. Los blancos mostraban su capacidad ofensiva por ambos carriles, y en zona central, con participación protagonista de los jugadores más creativos del equipo.
El equipo blanco se mostraba equilibrado en ataque y defensa, cerrando espacios con agilidad, y provocando situaciones de peligro en ataque con asiduidad. Yeray rozaba el tanto de disparo lejano, y enfrente, Arruabarrena erraba una clarísima ocasión en el mano a mano frente a Palatsí. Con la igualdad en el electrónico, ambos equipos enfilaban el túnel de vestuarios.
La segunda parte arrancaba con grandes noticias para el equipo de Aira. Recién reanudado el encuentro, Aridane conseguía el primer gol, tras un buen centro cruzado que Ortiz colocaba a pies del punta canario para hacer el primero. Buen tanto y la cristalización de las ocasiones y sensaciones generadas. El dominio continuaba, la Cultural cercaba a su rival, y sólo la buena actuación de Edu impedía que un nuevo tanto sumase al casillero local.
Zelu y Señé entraban de refresco y se sumaban al equipo en plena fase de control. Líneas adelantadas para contrarrestar los intentos de los granates, y mucho atrevimiento, con y sin balón, para gobernar las transiciones de un partido que terminaría de firmarse con la pluma blanca cuando, de nuevo, Aridane aparecía en escena. Centro medido de Saúl al corazón del área, y aparición imparable del tanque que remataba a las mallas con tanta tranquilidad como eficacia en la ejecución. Un segundo gol que certificaba la superioridad creciente de la Cultural ante un rival que veía como sus opciones disminuían drásticamente.
El tramo final del choque traería el estéril gol gallego, que tan sólo maquillaba un marcador que premiaba el gran trabajo de los culturalistas, que fueron de menos a más en un choque que devuelve el signo positivo al Reino de León.