La delegada del Gobierno en Castilla y León, Mercedes Martín ha pedido esta tarde en León, en la entrega de los I Premios Fundos, a las entidades de crédito que “dediquen un porcentaje mayor de sus beneficios a obra social para que no echemos de menos el espíritu de aquella banca con alma que representaban las cajas de ahorro”.
Los premios de la Fundación Obra Social Castilla y León han recaído en el Programa Empleo Mujer Castilla y León de la Consejería de Igualdad de Oportunidades, dentro de la modalidad de Mejor Proyecto Innovador Público. En la asociación al desarrollo rural integral “Ribera del Duero Burgalesa” por el proyecto “Te enseño mi pueblo”, dentro del Mejor Proyecto Innovador Privado. A Silvia Tomillo por su proyecto “Viñametrics by AGM Global”, dentro del Mejor Proyecto Innovador Joven. Y a la Universidad de Salamanca, que cumple su octavo aniversario, que ha conseguido el Premio de Honor-Monte de Piedad.
La FUNDOS ha instituido estos premios con el objetivo de reconocer a personalidades, empresas, entidades sin ánimo de lucro y colectivos de Castilla y León que hayan destacado por una apuesta decidida por la innovación y el emprendimiento en el ámbito social.
FUNDACIONES DE OBRA SOCIAL
Mercedes Martín ha explicado que hace casi 200 años las cajas de ahorro nacieron como entidades de beneficencia, orientadas al fomento y protección del ahorro y a la generalización del acceso al crédito de las clases sociales más desfavorecidas. Asumieron como propias preocupaciones de carácter social. Quizá por eso tuvieron un marcado arraigo local o provincial.
Poco a poco fueron creciendo en tamaño, ámbito de negocio e influencia y se convirtieron prácticamente en entidades de crédito al uso. Al modelo definitivo le dio forma una Ley del año 1985 que tuvo en cuenta ya el todavía entonces incipiente Estado de las Autonomías. Los fines altruistas se vincularon a la obra benéfico-social.
Mercedes Martín ha señalado que “muchos de los que conocimos las cajas de ahorro de nuestras provincias, vimos en el proceso (al menos yo) que esas entidades que a todo velocidad iban agrupándose no tenían el alma de las que conocimos antaño. No las considerábamos tan nuestras como lo fueron aquéllas”.
“Llegó la crisis”, ha continuado diciendo, “la intervención de los poderes públicos para el saneamiento y la reestructuración. Llegó, en definitiva, el esfuerzo de toda la sociedad española para apuntalar la viabilidad de algunas de estas entidades”.
La Ley 26 de 2013 de cajas de ahorros y fundaciones bancarias, al amparo de la cual se creó la FUNDOS, tiene como objeto promover y llevar a cabo los proyectos, programas y actuaciones que contribuyan al progreso, el bienestar y la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos residentes en las provincias en las que desarrolle principalmente sus actividades”.
INNOVACIÓN SOCIAL
En las bases de la convocatoria de estos premios se recoge que están destinados a poner en valor la innovación social como elemento clave de desarrollo. Venía ya así reflejado en la Estrategia Europa 2020 que apelaba a la búsqueda de fórmulas para satisfacer las necesidades sociales, para producir cambios de comportamiento que permitieran resolver los retos de la ciudanía pero implicando a la población en estos desafíos. “Porque”, según Mercedes Martín, “va a ser necesario generar nuevas relaciones sociales y nuevos procedimientos de colaboración para conseguirlo”.
La Agenda 2030 incluye también como a la innovación social como fuerza positiva para la generación de oportunidades y para la lucha por la igualdad.
Y la sitúa como herramienta útil al mismo nivel que la igualdad de acceso a las nuevas tecnologías; la financiación sostenible; el multilateralismo; el comercio abierto y justo; el compromiso de la sociedad y la política participativa; la responsabilidad social de las empresas y la conducta empresarial responsable, y la fiscalidad.
Según Mercedes Martín, “la innovación social es, por tanto, un instrumento más para potenciar el bienestar social, del mismo modo que también son útiles los sistemas de protección e inclusión; las políticas del mercado de trabajo; la igualdad de género; el nivel educativo y de capacidades y el aprendizaje permanente; la asistencia sanitaria, o los cuidados de larga duración”.
Esta Agenda 2030 vuelve a hablar de la innovación social en su Objetivo de Desarrollo Sostenible 11 con el fin de que este amplio espectro de soluciones innovadoras a problemas sociales a los que se refiere el término puedan aplicarse para que los asentamientos humanos, las ciudades y los pueblos, sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles.
La delegada del Gobierno ha señalado que “cuando oímos hablar de desarrollo sostenible nos imaginamos ese prototipo de desarrollo que persigue que el uso de los recursos disponibles en el presente no comprometa su existencia en el futuro. Ni la existencia de esos recursos ni la del propio planeta. Ayer se inauguraba la cumbre del clima en Madrid, sin lugar a dudas un magno acontecimiento que sitúa a nuestro país en la vanguardia de la lucha contra el cambio climático”.
“Somos conscientes”, ha continuado diciente, “porque lo contrario sería una insensatez, de que todos debemos colaborar para evitar llegar a un camino sin retorno. Pero la sostenibilidad también significa equilibrio. Vivimos en una sociedad avanzada, solidaria. A esta alturas, en los albores del tercer milenio, los recursos que ofrece cada hábitat no son únicamente los naturales”.
Para Mercedes Martín, “hoy los servicios básicos y las oportunidades laborales, deben ser también recursos que se brinden a los ciudadanos para que todos dispongamos de igualdad de condiciones. Es de justicia. De no ser así cada vez estaremos más lejos de la proporcionalidad. Cada vez ahondaremos más en el problema de la superpoblación que es todavía más grave que el de la despoblación aunque sólo sea, a fin de cuentas, porque afecta a más personas”.