D. Álvarez
Más de 600 personas se dieron cita hoy ante la delegación de la Junta en Ponferrada para denunciar la “situación crítica” del sector de la hostelería, que a partir de esta medianoche se enfrenta a un nuevo cierre total con el objetivo de frenar la expansión de la pandemia de COVID-19. Bajo el lema ‘No somos el problema, somos parte de la solución’, los asistentes reclamaron que se deje de poner el foco en el sector como responsable de los contagios y exigieron a las administraciones un paquete de medidas económicas que incluya ayudas directas para evitar la “ruina económica”.
Al respecto, el portavoz de la protesta, Héctor Pestaña, destacó el “comportamiento ejemplar” de un sector que tuvo que enfrentarse primero al cierre total durante tres meses en la primera ola de la pandemia, medida a la que siguieron otras como las restricciones de aforo, el toque de queda y el nuevo cierre total que se impondrá esta noche. Pestaña señaló que, según datos del Ministerio de Sanidad, el sector es responsable únicamente del 3,5 por ciento de los contagios, frente al 37 por ciento registrado en reuniones familiares y exigió que haya “consenso y diálogo con el sector” a la hora de diseñar nuevas medidas a adoptar.
Entre los asistentes a la concentración, el presidente de la asociación de comerciantes Templarium, Felipe Álvarez, lamentó que el cierre de la hostelería perjudicará a los comercios. “Esto es una cadena, somos parte del sector servicios de la ciudad, detrás de ellos podemos ir nosotros”, aseguró Álvarez, que pidió a la ciudadanía que “no coja miedo a salir a la calle”. “De nada sirve que tengamos los comercios abiertos si no va a haber un sitio donde la gente pueda tomarse algo”, apuntó.
Una vez leído el manifiesto redactado por los convocantes, el carismático José Luis Prada tomó la palabra entre los aplausos de los congregados. Con su particular estilo dialéctico, Prada arengó a los asistentes a resistirse a “ir muriendo poco a poco” y lamentó que los créditos ICO puestos a disposición de los empresarios sean meros “parches” cuya única utilidad será “alargar la agonía”. “Bercianos, hosteleros de aquí, tenemos que unirnos donde haga falta y poner los huevos delante para que no nos jodan más”, concluyó su intervención.
En la misma línea, Roberto Suárez, del bar Benidorm Racing, prometió “llegar a Valladolid si hace falta” para reivindicar ayudas al sector. “Somos la descendencia de los que lucharon por el carbón, llevamos los genes de la lucha”, señaló Suárez, que pidió que la protesta no se mezcle con otras movilizaciones “que prenden fuego y no respetan las leyes”. “Con nosotros nunca vais a tener problema”, aseguró el hostelero a los policías que vigilaban la concentración.
“Queremos que nos dejen seguir viviendo, trabajando y dando sustento a nuestras familias”, resumió Rosa, de la cafetería La Villa, que anticipó una “lucha larga” por la supervivencia del sector y de las actividades asociadas, como la distribución. “Tenemos que estar todos unidos, todos juntos podemos conseguir que nos apoyen”, señaló.