La cría de oso pardo cantábrico, recogida a el 27 de agosto por agentes del medio natural del Principado de Asturias en Somiedo (Asturias), en el pueblo de Endriga, ha sido trasladado este miércoles al recinto de aclimatación o presuelta de osos pardos ubicado en el monte de Valsemana, provincia de León, dependiente de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León. Desde el pasado mes de octubre se encontraba en el Centro de Recuperación de la Fauna Silvestre del municipio de Villaescusa, dependiente de la Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente del Gobierno de Cantabria.

En el hospital veterinario Buenavista (Oviedo) la osezna ingresó presentando hipotermia, hipoglucemia, y un peso muy por debajo de lo normal para su edad (6,5 kg – el peso aproximado de un esbardo de 8 meses es de 15-20 kg). Presentaba asimismo lesiones cutáneas que se diagnosticaron como sarna demodécica por raspado y observación al microscopio, además de numerosas heridas infectadas compatibles con mordeduras. En el hospital se estabilizó al esbardo, se rehidrató, se limpiaron y curaron sus lesiones cutáneas, se instauró un tratamiento farmacológico y se inició su alimentación hasta su traslado el 29 de octubre al Centro de Recuperación de la Fauna Silvestre del Gobierno de Cantabria.

La evolución de la osezna en los dos meses que ha estado ingresada en el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Cantabria ha sido muy buena, tanto a nivel clínico como comportamental, mostrando cada vez mayores periodos de actividad y juego.

En el citado centro se mantuvo ingresada con una rutina de enriquecimiento ambiental y de hospitalización en aislamiento total y bajo video vigilancia, con el objetivo de fomentar las actitudes normales del esbardo y evitar su habituación a las personas.

A pesar de que la evolución de Éndriga ha sido muy buena, y ya se puede considerar a nivel clínico como “fuera de peligro”, el Comité Veterinario del grupo de trabajo de oso pardo cantábrico ha considerado que no se trata de una osezna apta para una liberación directa en estas fechas, puesto que su estado clínico, crecimiento y comportamiento aún requieren de cierto control, aunque éste pueda ser menos estricto. 

Por ello, los equipos técnicos y veterinarios de la Junta de Castilla y León, del Principado de Asturias y del Gobierno de Cantabria, junto con el apoyo del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) y de los servicios veterinarios del parque de la naturaleza de Cabárceno, han consensuado el traslado de la osezna al recinto leonés, una vez superadas las graves lesiones que padecía inicialmente.

Las instalaciones de aclimatación de osos pardos de Valsemana (La Ercina, León), facilitarán la aclimatación del animal al medio natural de forma previa a su reintroducción, dado que están aisladas, son amplias y cuentan con un adecuado enriquecimiento ambiental.

Por parte de la Junta de Castilla y León se han mejorado las características del recinto de aclimatación, mediante el incremento del número de cámaras de videovigilancia y la recreación de una cueva en el interior de la osera teniendo en cuenta las particularidades del traslado y de la época del año en la que este se produce.

En caso de que la evolución sea la esperable, se podría realizar la liberación al medio natural en la primavera de 2021.

Reintroducción de la osezna Saba en el parque nacional de los Picos de Europa



Las instalaciones de aclimatación de osos pardos de la finca de Valsemana, en León, ya fueron utilizadas durante el año 2019 por la oseza Saba, recogida a finales de mayo de 2019 en las inmediaciones del cercado de Proaza (Asturias), y que tras su paso por el Centro de Recuperación de la Fauna Silvestre del Gobierno de Cantabria y por el recinto de aclimatación de León fue reintroducida con éxito en el parque nacional de los Picos de Europa.

Esto fue posible gracias al esfuerzo de coordinación entre las administraciones de las comunidades autónomas de Asturias, Cantabria y Castilla y León y el MITECO, y especialmente gracias al equipo humano que desarrolló su trabajo en la finca de Valsemana durante los dos meses que la osezna Saba permaneció en el recinto de aclimatación: desde peones especialistas, agentes medioambientales, celadores de medio ambiente y el personal técnico del Servicio Territorial de Medio Ambiente de León.